Vaticano 16 de junio de 2014 (lasillarota.com).- Una fundación del Vaticano aprobó invertir 1.8 millones de dólares para financiar 125 proyectos de desarrollo e infraestructura que beneficiarán a poblaciones marginadas, campesinas e indígenas de América Latina.
Se trata del ente conocido como “Populorum progressio”, fundado en 1992 por Juan Pablo II y cuyo consejo de administración se reunió la semana pasada en Roma para analizar el apoyo económico a las 135 iniciativas presentadas. Sólo 10 de ellas no cumplieron los requisitos del financiamiento.
“Hay proyectos de todo tipo, de apoyo a la educación, que promueven pequeños emprendimientos, de apoyo a la infraestructura, a la salud, a las necesidades básicas de la gente. Los proyectos tienen un límite pequeño a nivel financiero, que es de 15 mil dólares”, explicó a Notimex Edmundo Abastoflor Montero, arzobispo de La Paz, Bolivia.
“Cuando la gente sabe trabajar con poco y son los pobres los que piden, los efectos son muy grandes, más importantes que inversiones de cientos de miles de dólares que se pierden por aquí, por allá, con malos manejos”, agregó -en entrevista- el presidente del consejo de la fundación.
Los 135 proyectos presentados provenían de 17 países de la región, siendo Colombia (con 34) la nación con más solicitudes, seguida por Perú (22), Brasil (14), Haití (12), Ecuador (10) y Bolivia (seis). México apenas entregó un proyecto.
Durante una audiencia privada con los integrantes del consejo, que duró unos 40 minutos, el papa Francisco advirtió que las instituciones católicas no se pueden considerar como Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
Pidió a quienes se dedican a la ayuda humanitaria católica que vean a las personas no sólo como una “boca a la cual quitarle el hambre”, sino que tengan en cuenta su dimensión espiritual, el anhelo de Dios y de eternidad que cada uno lleva en el corazón.
Además abordó el drama de la desocupación juvenil, que provoca generaciones de muchachos sin futuro, fáciles presas de las dependencias y la criminalidad. Solicitó a la fundación actuar en beneficio de este grupo de personas, con proyectos de educación y formación profesional.
“El Papa nos pidió tener muy en cuenta a los sectores de la población que están descartados: los niños, los ancianos y ahora se va formando un tercer grupo que son los jóvenes. Muchos de ellos se sienten marginados de la sociedad porque no tienen posibilidades de trabajo, de inserción social”, precisó Abastoflor.