Ensenada BC 13 de julio de 2015 (AFN).- Las diarreas en los menores de edad, y con la llegada del verano, constituyen una de las enfermedades más frecuentes en la consulta médica, aunque no son consideradas de peligro, no por ello deben descuidarse, porque podría representar consecuencias a la salud.
Las diarreas en los menores de edad, y con la llegada del verano, constituyen una de las enfermedades más frecuentes en la consulta médica, aunque no son consideradas de peligro, no por ello deben descuidarse, porque podría representar consecuencias a la salud.
La coordinadora de la Unidad de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Ensenada, Blanca Juárez García, explicó que es importante tomar en cuenta algunas medidas para prevenirla.
Mencionó una de las complicaciones de la diarrea es la deshidratación, misma que podría representar una causa de muerte debido al incremento en las evacuaciones, que provocan la pérdida de nutrientes importantes para la vida.
Al abundar en el tema, dijo que en el caso de que un niño comience con diarrea lo más importante será asegurar una adecuada hidratación, la promoción de la lactancia materna y la ingesta de abundantes líquidos en forma fraccionada.
Destacó que los agentes más frecuentes son virus, lo cual provoca inflamación de los intestinos y esto deriva en el número de deposiciones o disminución de la consistencia de las mismas, acompañada de un aroma fétido y eventualmente dolores en el abdomen.
Los síntomas pueden aparecer en forma súbita y venir acompañados por falta de apetito, náuseas y vómitos: la mayoría de los niños se recuperan alrededor de 7 días, pero requieren descanso y beber abundantes líquidos, sobre todo suero vida oral, disponible de manera gratuita en la unidades del IMSS.
Es importante, subrayó, llevar al menor al médico inmediatamente si presenta signos de deshidratación, disminución de la orina, vértigo, mareo, boca seca, ojos hundidos, pocas lágrimas al llorar, sangre o pus en las heces y diarrea con fiebre por arriba de 38° C.; que las afectaciones tengan más de dos días y haya vomitado por más de 12 horas.
En cuanto a la alimentación –recomendó la doctora Juárez- no suspenderla excepto algunos alimentos como las verduras de hoja, jugos, bebidas muy azucaradas y golosinas; alimentar al pequeño con pollo, caldos y sopas, además de subrayar la importancia de los cuidados en el hogar.