Mexicali BC 7 de febrero de 2015 (AFN).- Julio César Valenzuela Montoya, endocrinólogo pedíatra del Hospital de Ginecopediatria (HGO) número 31 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirmó que actualmente atienden a 120 pequeños de 2 a 16 años, quienes reciben tratamiento de insulina para su diabetes.
Refirió que este padecimiento en su fase inicial es asintomática, y que en los niños como en los adultos es difícil saber cuándo padecen diabetes mellitus porque al inicio de la enfermedad no se presentan síntomas graves.
Precisó que los menores, al acudir al médico expresan que tienen mucha sed, han perdido peso y orinan mucho durante el día; y al hacer los primeros estudios se establece que tienen diabetes tipo 1, en menores de 15 años; o diabetes tipo 2, en adultos.
Valenzuela Montoya afirmó los pequeños reciben tratamiento de insulina, una “hormona segura, efectiva, bien tolerada y aceptada para el tratamiento a largo plazo, incluso desde el primer día del diagnóstico”.
Detalló que la diabetes es una afectación que se caracteriza por la falta o disminución del efecto de la hormona insulina que se produce en el páncreas, imprescindible para que los nutrientes de los alimentos se aprovechen y proporcionen al cuerpo la energía necesaria para funcionar adecuadamente y entre otras cosas, permitir el adecuado del niño.
Señaló que cuando un paciente es diagnosticado con diabetes se dice que 90% de las células que producen insulina están destruidas, y que “El hecho de no tener síntomas dificulta que la diabetes se perciba como una enfermedad grave”.
Es por ello que se deben llevar una mejor calidad de vida y evitar el sobrepeso y la obesidad, para evitar futuras complicaciones como retinopatía, principal causa de ceguera en niños; afección del riñón, más del 30% ciento la padecen) y neuropatía (alteraciones en la sensibilidad), es necesario llevar una alimentación saludable y el tratamiento de insulina que indique el médico.
Valenzuela Montoya recomendó que en la dieta diaria del niño con diabetes se incluyan alimentos ricos en fibra como las verduras de hoja verde, pepinos, espinacas, calabazas y brócoli; y que es importante también consumir frutas de temporada para ayudar a cubrir el requerimiento de vitaminas y minerales que actúan como sustitutos de glucosa, sin dejar de lado la leche, carne, huevo y cereales.