*.- Se recomienda la operación en menores de 7 años
Mexicali BC 25 de septiembre de 2014 (AFN).- La microtia, que en latín significa “pequeña oreja” es una deformidad del oído externo que tiene corrección. En México, actualmente ocurre 1 en cada 750 nacimientos; esta enfermedad afecta en mayor medida a los niños en proporción de 2 a 1 con respecto a las niñas y es de origen desconocido, aunque se relaciona con aspectos hereditarios.
Lo anterior, fue dado a conocer por el doctor Fernando Rivera Malpica, jefe de Cirugía Plástica Reconstructiva Pediátrica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quien precisó que el instituto realiza un procedimiento quirúrgico que permite la reconstrucción auricular.
Subrayó que la cirugía reconstructiva auricular toma en promedio 3 años para lograr una restauración total, pero hay ocasiones en que se prolonga a 4 entre quienes presentan microtia bilateral, es decir; que carecen de ambos pabellones, por lo que eventualmente podría prolongarse hasta 6 años.
Explicó que la intervención se divide en 3 etapas: en la primera, se toma un injerto de uno o dos cartílagos de las costillas, con los que se moldea un esqueleto semejante a la forma de la oreja, para implantarlo por debajo de la piel de la región auricular.
Un año más tarde, en la segunda etapa, se separa el armazón y la nueva oreja se recubre con otro injerto de piel que se toma de la región inguinal y en la tercera etapa, se forma un neo conducto auricular o canal artificial para estética del pabellón auditivo. De requerirse una cuarta etapa, se utiliza para correcciones o retoques.
Rivera Malpica recomendó dar inicio al tratamiento quirúrgico cuando el paciente tiene 7 o más años de edad, dado que el pabellón de la otra oreja estará totalmente definido en simetría y dimensión.
Las personas que nacen con microtia –dijo- sufren una débil o nula audición, debido a que no cuentan con conducto auditivo, no obstante, la deficiencia se compensa con el oído sano. La repercusión psicológica de este padecimiento es alta, ya que al faltar una parte corporal, los infantes se muestran retraídos, callados, reservados y ausentes.
Sin embargo, su calidad de vida mejora a partir de la reconstrucción auricular, ya que las repercusiones psicológicas de contar con una apariencia normal ayudan al paciente a mejorar su autoestima y tener una relación con su entorno social.
Durante el proceso, expresó, interviene un equipo multidisciplinario, conformado por el cirujano reconstructivo, un otorrinolaringólogo, quien se encarga de evaluar y valorar el desarrollo de las estructuras internas del oído y el audiólogo, para los estudios de audiometría.
Recalcó que la reconstrucción auricular permite a los pacientes una integración favorable en la sociedad y evita el aislamiento.
