El Gourmet Fantasma.
Hola, hola, humanos mortales que hacéis el favor de posar vuestros ojos y prestar vuestro tiempo a estas letras. El Gourmet Fantasma os saluda y os desea lo mejor como siempre.
Hoy deseo relataros mi chocarrera aparición por un lugar que se llama LA CABAÑA DEL ARTISTA, restaurant ubicado en la calle Independencia número 6213 por allá en la Colonia Castillo, (ya sabéis por donde se encuentran los panteones municipales, la tumba de Juan Soldado y eso). Para dar con el lugar es un poco enredado, antes era "el que boca tiene a Roma llega", ahora es: "el que tienen GPS a Roma llega." LA CABAÑA DEL ARTISTA está en una esquina, casi enfrente de una de las viejas escuelas Alessio, si esto os sirve de referencia. Es una casa adaptada para hacer las veces de restaurant.
Se supone que en LA CABAÑA DEL ARTISTA sirven comida chiapaneca, pero si observáis el menú os daréis cuenta de que no es tan chiapaneca la cosa. Sin embargo, los dueños si son oriundos de aquél estado y venden dentro del local, cosas típicas como por ejemplo queso de Pijijiapan y café.
Antes de continuar (ya sabéis que me encanta preguntaros cositas,) ¿qué os parece eso de "heredar" plazas de profesor? Es decir, el profesor que se jubila "hereda" la plaza a su hijito(a) y con esto matan la competencia y el deseo de superación, lo que no cuesta, no se aprecia. Esta práctica estúpida y acomodaticia se repite en Pemex y el Seguro Social. De inmediato se crean unas castas (justo lo que le hace falta a la república,) ¿Hasta donde llega el sindicalismo trasnochado absurdo y parasitario en este país? Os lo dejo de tarea.
Y hablando de enchiladas, ¿quién será el autor de esos horrendos comerciales de pañales en donde aparecen un montón bebés doblados por mujeres haciendo voz chillona, de pito, (uno debe de suponer que eso es "voz" de bebé)?
No, y las líneas tan inverosímiles. Algo así como: "¡estos pañales son supercalifragilísticoespialidosos y me los compró mi mami!" ¡Por favor!
Os sigo contando: antes de aparecerme, tomé forma humana, en esta ocasión tomé prestada la forma corpórea de Juan José Guerra Abud, el secre de la SEMARNAT, a quién después de lo del río Sonora no se le puede ver ni en pintura, lo que me hizo pasar completamente desapercibido. La recepción en LA CABAÑA DEL ARTISTA fue muy amable, una vez instalado, (es un lugar muy pequeño (tiene 5 mesas y hay una especie de tapanco con una sexta mesa,) le dí un vistazo al menú y os paso algunos de los precios que contiene: Fetuccinni a la Bolognesa $ 90.00, Tortoni de ternera $ 100.00, Raviolis $ 100.00, Lasagna $ 90.00, Filete de Res $ 150.00, Rib Eye $ 135.00, Ensalada de espinacas $ 75.00, Salmón a la parrilla $ 160.00, Huevos a la Cabaña $ 60.00, Omelette de champiñones $ 55.00, Omelette de espinacas $ 55.00.
Este fantasmita tragón ordenó una ensalada de espinacas y el salmón a la parrilla. De la orden al servicio se tomaron casi 30 minutos, una eternidad, si bien al daros el menú os advierten que todo es artesanal y hecho al momento, que tuestan su propio café y hornean su propio pan, de cualquier manera no esperáis que se tomen media hora para serviros. La ensalada, en verdad os digo resultó muy buena, pocos lugares en Tijuana sirven ensaladas como esta y el salmón no le hizo mal tercio, también en su punto, muy bueno. Lo del César al César y lo del chef al chef. LA CABAÑA DEL ARTISTA tiene dos fantasmitas y cuatro sustos de calificación. como siempre os pido que no me lo creáis, id vosotros, probad y comprobad.
Por ahora debo desaparecer, pero recordad que reapareceré dónde y cuando menos lo esperéis. Así que, buen provecho.
