Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT

Cuando el sonorense Manlio Fabio Beltrones, vió que no podía derrotar al mexiquense Enrique Peña Nieto, en la contienda interna por la candidatura priísta a la Presidencia de la República, contra su voluntad, tuvo que retirarse. Lo superaba en formación política, pero no en popularidad y respaldos. Al final simplemente dijo : -Mañana, empiezo otra vez.

Al principio se mantuvo a distancia de la campaña de Peña Nieto, regresó a sus labores en el Senado. Pero el volver a empezar, no era tanto como “borrón y cuenta nueva”. De ninguna manera. Simplemente reanudó la marcha sobre el camino andado. No abandonó el partido, ni lanzó pestes contra nadie.

Beltrones se disciplinó. Eso le permitió, en principio, ubicarse en el primer sitio de la lista de candidatos priístas plurinominales, los odiados pluris, que ni campaña hacen y ganen o pierdan, tienen un escaño seguro, y hace unos días lo designan coordinador general de la campaña de los candidatos priístas a diputados federales. Con eso, quedó incorporado al grupo de generales priístas.

Bien, o mal, según el punto de vista de cada quien, los priístas han logrado acomodarse a las condiciones prevalecientes, sin hacer muchos gestos. Saben que, como en la rueda de la fortuna, en la política a veces están arriba y a veces están abajo.

Los que enfrentan un serio dilema, son los panistas. Curiosa e irónicamente, cuando eran oposición, eran un partido fuerte. Eran pocos, sí es cierto, pero muy aguerridos. Una posición muy sólida, con su ideología por delante. Lamentablemente, para ellos, cuando llega el tan anhelado triunfo, se fractura y empieza su descomposición.

Las cosas están tan graves, a nivel nacional, que ya se habla de una depuración, de expulsar del partido blanquiazul a los neopanistas, a aquellos que vinieron a hartarse con la mesa servida, que desplazaron a los verdaderos panistas.

Eso es parte de la ironía. Los panistas pregonan que se rechace el regreso del viejo PRI, y anhelan el regreso del viejo PAN. El nuevo PAN, es uno en el que los actos de corrupción, “son el pan de cada día”. La compra de votos en las elecciones internas, la formación de grupitos, las concesiones, el enriquecimiento ilícito.

Salvo dos que tres panistas, de los viejos, la gran mayoría de los cargos directivos partidistas o los de función pública, en los casos en que han logrado triunfos electorales, los ocupan u ostentan, individuos que no pueden presumir una larga trayectoria bajo las siglas del blanquiazul. Algunos incluso se iniciaron en la política bajo otras siglas.

Para desgracia de los verdaderos panistas, quienes han ocupado u ocupan cargos públicos, bajo el amparo del PAN, han incurrido en excesos y corrupción, que tanto criticaron a los priístas. En menos de doce años, demostraron que son iguales o peores que quienes les antecedieron y que dijeron combatir. Incluso hoy es una de sus principales banderas, el rechazo al viejo PRI. Si regresa, advierten, se acaba el mundo.

Algunos panistas no quieren entender, ni mucho menos reconocer, que la baja preferencia electoral hacia su candidata Josefina Vázquez Mota, es el reflejo al rechazo de los mexicanos a dos sexenios panistas, en los que México entero ha padecido las peores cosas.

Lo dijo el propio Vicente Fox, al observar que los gobiernos panistas han hecho cosas malas y que por ello su candidata no logra repuntar. Que se requiere un milagro para que Josefina gane. Que su parte pensante le dice que en estos comicios ganará Peña Nieto.

En Baja California, y en especial en Tijuana, las cosas no son diferentes para los panistas. Aquí, los viejos panistas constituyeron la agrupación “Carlos Castillo Peraza” y aprovechan cualquier foro para lanzar acusaciones en contra de quienes regentean las siglas partidistas.

Precisamente ayer, durante la sesión semanal de la Asociación de Periodistas de Tijuana, que encabeza Miguel Angel Torres, dijeron lo que ya han dicho en otras ocasiones, que el exalcalde panista Jesús Gonzalez Reyes, es el “capo” del PAN en Tijuana, por presuntos pactos y acuerdos en los que se negocian cargos públicos y políticos, a cambio de que le dejen hacer lo que le venga en gana.

Al acusado, propios y extraños lo reconocen como el principal operador del blanquiazul, al grado de que condicionó su participación en esta contienda, a cambio de que le asignaran una diputación plurinominal. Finalmente quedó en los primeros lugares de la lista, lo que le asegura que será diputado federal en el próximo sexenio. Ganen o pierdan.

José León Ramos, exdirigente municipal del PAN, dijo que la corrupción que ha generado González Reyes, le ha permitido decidir quien va a ocupar puestos públicos e incluso decidir quien será dirigente partidista. Esto, a base de la compra de votos.

También señaló que “la mafia del PAN”, es encabezada por González Reyes y el actual dirigente municipal, Enrique Méndez Juárez. A este último lo acusó de encubrir las “corruptelas” del primero, advirtiendo que esto ha ocasionado ruptura al interior del partido.

Aclaro que la corrupción que existe al interior del partido, no es propia de todos los militantes, sino de algunos, como es el caso de González Reyes y Méndez Juárez, además de quienes han aceptados ser sobornados por ambos, a fin de colaborar bajo sus órdenes.

La sentencia es que : “La única receta para acabar con todo eso es una dirigencia nacional, estatal y municipal, que regrese a su origen, para que en este partido todos los corruptos queden fuera” y advirtió tajante : “el pueblo tiene memoria, ya sabe cómo sacar a cualquier partido –de la silla presidencial-”. Dicho en pocas palabras, la solución es : “borrón y cuenta nueva”.

Los viejos panistas deben saber, que si las cosas salen como se avizoran, o sea si pierden la sucesión presidencial y la mayoría de los puestos de elección popular en disputa, perderán la chamba muchos de esos neopanistas que hoy dan pena y coraje a los de “hueso azul”.

Esto es el volver a empezar, como lo señaló Beltrones. Si el triunfo de Vicente Fox y luego el apurado y cuestionado ascenso de Felipe Calderón a la Presidencia de la República, dieron inicio a la descomposición del PAN a nivel nacional, quizás el fracaso les permita una recomposición. Cuando ya no haya chambas, se quedarán solamente los panistas de corazón. Tengan eso por seguro. Los neopanistas, como los camaleones, cambiarán de color, con tal de no ser desempleados. Ya lo verán.

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