MÉXICO, DF 4 DE MARZO DE 2012 (lasillarota.com).- Los cárteles mexicanos denuncian el aumento de secuestros de sus familiares en Estados Unidos, que son trasladados a territorio mexicano para torturarlos y asesinarlos, y solicitan la intervención de autoridades estadounidenses, reportó el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con El Universal, en el informe, el Buró Federal expuso que desde septiembre de 2011 se han incrementado las peticiones de ayuda de narcotraficantes mexicanos, tanto a policías locales como al FBI, para que las autoridades intervengan y liberen a sus familiares que son secuestrados dentro de los Estados Unidos, aunque esas llamadas impliquen que los solicitantes sean detenidos por tráfico de drogas.

“Esto es algo que no se había registrado antes dentro de Estados Unidos, pero los secuestros de esposas, familiares o socios han provocado que los propios narcotraficantes mexicanos que han entrado, legal o ilegalmente, a nuestro territorio tomen el teléfono y pidan a ayuda a las autoridades antes de que las víctimas sean ejecutadas”, explicó Gregory Brown, agente especial del FBI.

Desde que en 2010, los miembros de los cárteles comenzaron a trasladar a sus familiares hacia ciudades fronterizas del lado de estadounidense, para protegerlos o para comenzar a operar desde ahí al resto de la Unión Americana; los ataques, asesinatos y secuestros aumentaron, agregó Brown.

Pero, dijo, desde septiembre del año pasado a la fecha aumentó el número de secuestros de familiares, o miembros de cárteles que están dentro de Estados Unidos, y en todos los casos han sido efectuados por grupos rivales.

Uno de los casos más publicitados por la prensa estadounidense fue la esposa del narcotraficante Sean King, quien fue secuestrada en septiembre de 2011 en Houston, Texas, por un traficante mexicano y para evitar que algo más le ocurriera Sean llamó a la policía para pedir su ayuda.

“Generalmente los narcotraficantes seleccionan a algún miembro cercano del grupo rival, porque están seguros que jamás darán parte a la policía o a cualquier otra autoridad, y ahora estamos viendo que las cosas han cambiado, los casos están aumentando aunque no aparezcan en la prensa. No hay mejor garantía para un narcotraficante que tener a un familiar de su enemigo para recuperar su dinero o hacer un trato”, destacó.

La esposa de Sean King conocida como La Tonya King fue secuestrada cerca de la medianoche como resultado de una deuda que tenía su esposo, pero él inmediatamente llamó a las autoridades a quienes les informó que él tenía tratos con otro narcotraficante de un cártel mexicano de nombre Diego Guerrero.

Agentes del Buró Federal de Investigaciones dieron seguimiento al secuestro, mientras que la madre de La Tonya King pedía a través de los medios de comunicación su liberación inmediata y Diego Guerreo solicitaba a Sean King la cantidad de 250 mil dólares a cambio de su liberación.

Tras ser liberada La Tonya King, su esposo fue detenido al igual que su secuestrador, debido a que ambos estuvieron involucrados en una serie de operaciones de tráfico de drogas, agregó Christopher Petrowski, otro agente involucrado en el caso.