MÉXICO DF 8 DE DICIEMBRE DE 2015 (ComPubMex)"¿De dónde viene la voz?" es el título de un relato corto escrito por la famosa autora de Mississippi Eudora Welty el día en que el activista de los derechos civiles Medgar Evers fue asesinado frente a su casa en Jackson, durante el verano de 1963.

La historia de Welty describe el clima racial en Mississippi y gran parte de los Estados Unidos hace 52 años. Desafortunadamente, este odio irracional, tan poderosamente interpretado por Welty, parece persistir en todo el país y en todo el mundo.

¿Qué es esta "voz" que impulsaría a alguien a asesinar a gente por causalidad en una sala de cine o a entrar en una iglesia y disparar a nueve personas que asisten a un estudio de la Biblia? ¿Hay alguna manera de que podamos atajar estos pensamientos o voces maliciosos y las acciones derivadas de ellos? Sin duda, hay. Todo el mundo tiene la capacidad para discernir lo que está pensando y rechazar los pensamientos malévolos. Eso es algo natural de los que disfrutan de buena salud mental y emocional.

Incluso en los tiempos bíblicos la gente cuestionaba el origen del discurso del odio y la violencia no provocada. El apóstol Pablo, a menudo golpeado, apedreado, encarcelado e incluso una vez dado por muerto cuando se dedicaba a su ministerio (ver Hechos capítulos 14, 16, 20 y 21), identificó la fuente de este odio como la "mente carnal", que definió como "enemistad contra Dios" (ver Romanos 8).

Los pensamientos (o voces) están fluyendo continuamente en la consciencia de cada uno. Algunos expertos estiman que una persona tiene entre 60 000 y 80 000 pensamientos al día o alrededor de entre 2500 y 3300 pensamientos por hora. Es útil preguntarse si lo que se avecina en la conciencia es una buena idea, o una tentación de esta mente carnal.

Jesús nos dio una parábola para ayudarnos a hacer precisamente eso: "...el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo lo echan fuera" (Mateo 13). Corresponde a la persona discernir cada pensamiento según llega, para distinguir los buenos pensamientos de los malos pensamientos. Los buenos pensamientos llegan a la conciencia desde la Mente divina o de Dios, mientras que las malas ideas o tentaciones tienen su origen en la mente carnal.

Jesucristo también aconsejó a sus seguidores: "... lo que les digo a ustedes se lo digo a todos, 'Cuidado' " (Marcos 13:37). Cuidado con lo que tienen en su conciencia sobre su prójimo.

Cuidado con lo que dicen de su prójimo. Mary Baker Eddy, la descubridora y fundadora de la Ciencia Cristiana, del mismo modo, dio el siguiente consejo: "Velad y orad diariamente para que las sugestiones malévolas, bajo cualquier máscara que se presenten, no se arraiguen en vuestro pensamiento ni den fruto. Examinaos con frecuencia, y ved si hay algo que obstaculice la Verdad y el Amor, y "retened lo bueno" (La Primera Iglesia de Cristo, Científico y Miscelánea). Cuando hacemos esto, vencemos a la "voz". 

A medida que estamos más alerta sobre lo que formamos en nuestra conciencia acerca de nuestro prójimo, se hace más evidente si lo que estamos reteniendo son concepciones hermosas y divinas o tentaciones de la mente carnal. Y puesto que el pensamiento siempre precede a la acción, este se convierte en un elemento de cambio, bendiciéndonos a nosotros mismos y a todo el mundo que nos rodea.

Henry Teller es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Mississippi, EE.UU. 

Twitter @MSComPub