MEXICALI BC 20 DE JULIO DE 2015 (AFN).- Conocida como una afectación inflamatoria séptica, la fiebre puerperal continúa como una amenaza real en el postparto; la higiene personal, descanso y buena alimentación son fundamentales en este caso.
La doctora María Guadalupe Cerritos Martínez ginecóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Ensenada, informó que esta condición es originada por diversos gérmenes y lesiones del parto que se incuban en la vagina, cuello uterino, episiotomía o en la cicatriz de la cesárea.
Explicó que existen varios factores de riesgo: hemorragias, mala higiene, parto largo, anemia, desnutrición, ausencia de controles prenatales, presencia de bacterias en el líquido amniótico, así como restos de placenta dentro del útero e infección de transmisión sexual o “vaginosis bacteriana”.
Los síntomas suelen aparecer hasta que transcurren 3 o más días desde el parto, si surgen antes, se debe a que la infección ya era añeja, pero si ocurre después es importante realizar un estudio para determinar las consecuencias.
La fiebre es la clave de la infección y presenta malestar general, sudores y taquicardias. En algunas ocasiones hay otras complicaciones como dolor abdominal y útero no contraído. Los loquios –secreciones vaginales-, suelen ser abundantes, purulentos y malolientes.
Es importante concluyó, acudir al médico si presenta fiebre más de 38° C, dolor genital, hemorragia y mal olor en las secreciones vaginales, pues podría tratarse de una infección de la vagina o del útero.