Tijuana BC 23 de junio de 2015 (AFN).- Entre más cuidados tengan las personas con su alimentación, atendiendo en especial “una buena nutrición”, se incrementan sus posibilidades de gozar una mejor calidad de vida, al prevenir enfermedades, sobre todo crónico degenerativas como la diabetes, hipertensión y cáncer.
Ismael González, médico radio-oncólogo del Hospital General Regional (HGR) número 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, indicó que comer adecuadamente es fundamental para las personas que han contraído una enfermedad, ya que de ello depende la efectividad de los tratamientos y su recuperación.
Explicó que por ejemplo, consumir los alimentos apropiados antes, durante y después del tratamiento contra cáncer ayuda al paciente a sentirse mejor y mantener la vitalidad.
Esto incluye la ingesta de suficientes alimentos y líquidos que contengan nutrientes esenciales como proteínas, vitaminas, carbohidratos, minerales, grasas y agua.
Refirió que al estar bajo un tratamiento oncológico, en ocasiones el cuerpo por sí solo no consigue absorber los elementos que requiere, provocando desnutrición, por ello la insistencia en incluir una terapia dietética que ayude al paciente a mantener el peso corporal y la fuerza; los tejidos del cuerpo sanos y luchar contra las infecciones.
El especialista del IMSS advirtió que algunos tumores segregan sustancias químicas que modifican la manera en que el cuerpo aprovecha ciertos nutrientes, por lo que el uso de las proteínas, grasas y carbohidratos se puede ver afectado, especialmente cuando la enfermedad se ubica en el estómago o los intestinos.
“En estos casos, podría parecer que el paciente está comiendo lo suficiente, pero cabe la posibilidad de que no esté aprovechando debidamente los nutrientes”.
Enfatizó que los tratamientos del cáncer que afectan en mayor medida el apetito, gusto y aprovechamiento de la comida son la quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y el trasplante de células madre, porque se presentan reacciones secundarias como llagas en la boca, dificultad para tragar, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, ansiedad, depresión y en ocasiones, dolor.
Ismael González puntualizó que el apoyo de los familiares es determinante para enfrentar este problema y reiteró la recomendación para los pacientes y sus allegados expresen sus dudas con el especialista tratante, y soliciten el apoyo del equipo de nutriólogos con que cuenta el IMSS para conservar el nivel de vida del enfermo y brindarle mayores posibilidades de éxito en su tratamiento.
