*.- Puede provocar desde irritación, desnutrición, hemorragias, estado de coma y hasta la muerte.

Tijuana BC 29 de marzo de 2015 (AFN).- Omar Balam Arzola Cruz, internista del Hospital General regional (HGR) 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Tijuana, precisó que combinar medicamentos y alcohol constituye una práctica de alto riesgo, ya que sus efectos en el organismo van de agudos a crónicos “con relación directa a la cantidad que se ingiere”.

Explicó que el consumo  de bebidas alcohólicas en quienes están bajo tratamiento médico resulta peligroso, por la interacción que se presenta con los medicamentos, ya que inhibe o potencializa el efecto del fármaco con repercusiones que pueden ser mortales.

Se trata de una droga –dijo- de metabolismo constante, es decir; cuando se le ingiere, el cuerpo metaboliza entre ocho y 12 mililitros de alcohol por hora, el resto se acumula.

Destacó que aún en la hipotética circunstancia en que se ingiriera una sola cerveza en una hora, el contenido de alcohol de ésta que oscila entre 4.5% y 6% supera la cantidad mínima que el organismo es capaz de metabolizar.

Subrayó que la mayoría de bebidas con altas concentraciones de alcohol, como el  vodka (40%) limitan al cuerpo en cuanto a lo que puede metabolizar, por lo que una gran parte se convierte en tóxico para el organismo.

En cuanto a los bebedores ocasionales, expresó que el problema no es tan grave, pero cuando el alcohol se acumula por tomar de manera frecuente y abundante, causa daño progresivo que se manifiesta como una irritación desde la cavidad oral, y prolonga a todo el tracto digestivo.

Detalló que el alcohol aporta siete kilocalorías por gramo que se almacenan como energía, por tanto se desaprovechan otros nutrientes, y facilita la acumulación de grasa e incremento en el perfil lipídico, provocando el aumento en los niveles de triglicéridos y colesterol, lo que conduce fácilmente a complicaciones como hígado graso y desnutrición crónica, entre otras.

En el caso de pacientes diabéticos, quienes se inyectan a diario insulina o toman fármacos hipoglucemiantes -que bajan los niveles de azúcar en sangre-, el alcohol bloquea la síntesis de azúcar a nivel hepático ocasionando descensos importantes de glucosa circulante, por lo que el paciente puede caer en un coma que le dejará secuelas o llevarlo a la muerte.

Otra mezcla peligrosa, enfatizó, es la del alcohol con antiinflamatorios, medicamentos de consumo muy frecuente, que favorecen el desarrollo de sangrados, debido a que el alcohol como los citados fármacos facilita las hemorragias y si se fusionan el riesgo se incrementa.

Para finalizar, aconsejó evitar la ingesta de alcohol o hacerlo de forma moderada.  Insistió además, en la importancia de evitar  su consumo, sobre todo si la persona se encuentra bajo tratamiento médico.