Contaminación por ruido, también producto de ciertas sanciones

Más de 40% de los mexicanos considera que vive en una ciudad ruidosa, una urbe en la que se superan 65 decibelios, el máximo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud.

Esta ruidosa situación puede provocar enfermedades cardiacas, trastornos del sueño y estrés, pero en medio del estruendo se tocan canciones que no entran en la realidad o intereses de los escuchas, sino que son tema de contaminación auditiva, dice el compositor y cantante mexicano David Castillo.

Comenta que se incrementa el número de personas que sufren problemas de estrés, falta de concentración o problemas para dormir como consecuencia de esta sobreexposición de decibelios.

Casi 16% de los mexicanos reconoce tener problemas con el ruido en casa, incluso más que en la calle o en el lugar de trabajo.

En concreto, lo que más molesta son los ruidos de obras de casas vecinas, ronquidos del cónyuge y música de alto volumen en los vecinos.

“Pero en cuarto sitio aparece la música en la propia casa y en esto la queja continua es tener que escuchar canciones que no reflejan los propios intereses o realidad”, opina Castillo.

En un contexto de ocio, como bares, discotecas o conciertos, es necesario separarse de los altavoces y los amplificadores. "Es un ruido que puede alcanzar los 110dB”, dice el cantautor mexicano.

No en vano, debido a la sobreexposición al ruido se adelantará la pérdida auditiva asociada al envejecimiento (presbiacusia). En la actualidad 50% de la población empieza a experimentar pérdida auditiva debido al envejecimiento alrededor de los 65 años, pero dentro de poco serán las personas de 40-50 años las que presenten signos de presbiacusia.