*.- Causada por partos, obesidad y edad avanzada; más común en mujeres que en hombres

  Ensenada BC 6 de octubre de 2014 (AFN).- La incontinencia es una enfermedad catalogada como uno de los problemas geriátricos más importantes por su alta prevalencia y consecuencias, debido a que ocasiona problemas higiénicos y sociales que repercuten en la calidad de vida de quienes la padecen.
  Es una de las afectaciones más frecuentes entre los adultos mayores, señaló la doctora Irazú Bugarín Márquez, de la Unidad de Medicina Familiar número 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ensenada.

  La incontinencia –dijo- es la pérdida involuntaria de orina de la vejiga, que puede variar desde una fuga leve, hasta la salida abundante e incontrolable de la misma. Cualquier persona puede padecerla, pero es más común con la edad y en las mujeres.

  El 1.4 por ciento de la población la padece (75 por ciento son mujeres y 25 por ciento hombres) y es resultado de que las personas de edad avanzada van involucionando y como parte de su desprotección aparecen problemas –a veces severos- de incontinencia que no tienen solución definida, excepto el uso de pañales.

   Este problema  de salud suele presentarse a raíz del debilitamiento de los músculos pélvicos que sostienen la vejiga y la uretra o debido a que el esfínter uretral no está funcionando correctamente a consecuencia de partos, tos prolongada, edad avanzada, obesidad, tabaquismo, lesión en el área uretral, algunos medicamentos y cirugía de la próstata o del área pélvica.

 El tratamiento depende de la gravedad de los síntomas y de qué tanto afecta la vida cotidiana del enfermo, así como lo que más se adapte a su estilo de vida;  incluye ejercicios simples, cambios de comportamiento, dispositivos especiales, medicamentos, entrenamiento de los músculos del piso pélvico y cirugía.

 Bugarín Márquez refirió que las complicaciones son poco comunes y leves, abarcan problemas físicos y psicológicos como fístulas, abscesos, irritación de la vagina, dolor durante las relaciones sexuales, úlceras, olores desagradables, infecciones urinarias, flujo vaginal, pérdida de la autoestima, dependencia, ansiedad, soledad, abandono y disminución de la actividad sexual; en todos los casos es importante consultar a su médico si los síntomas ocasionan demasiadas molestias.

 Finalmente, recomendó realizar los ejercicios de Kegel (contracción de los músculos) durante y después del embarazo, educar al paciente y a los familiares, así como evitar el consumo de alcohol y cafeína; hasta la disminución en la ingesta de líquidos por las tardes, aseo constante, lubricación de la piel en área genital y el uso de protectores o pañales dependiendo la pérdida urinaria; esto puede ayudar a prevenir el problema, concluyó.