ENSENADA BC 13 DE JULIO DE 2019 (AFN).- Las siembras del ciclo primavera-verano del año en curso en la modalidad de riego llevan un avance del 39 por ciento ya que cuentan con la siembra de dos mil 405 hectáreas en los campos agrícolas del Distrito de Desarrollo Rural 001, zona costa (DDR 001) que incluye los municipios de Tecate, Tijuana, Playas de Rosarito, Ensenada y la zona productiva de San Quintín, Baja California.

El subdelegado Agropecuario y Encargado del Despacho de la Representación Estatal de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Juan Manuel Martínez Núñez informó que la lista de cultivos de este ciclo, la encabeza el tomate con la siembra de mil 039 hectáreas.

Señaló que de acuerdo a lo reportado por el DDR 001, Zona Costa, que representa Fernando Sánchez Galicia, hasta el momento, han sido sembradas 742 hectáreas bajo el esquema de agricultura protegida (invernaderos, malla sombra) y 297 hectáreas a través del método tradicional (cielo abierto).

El funcionario informó que después del tomate le sigue el cultivo de la cebolla con 300.50 hectáreas; lo que representa un avance de siembras del 50.85 por ciento, con respecto de lo programado a inicios del ciclo agrícola, que es de 591 hectáreas; s dicho cultivo le sigue la calabacita con 191 hectáreas; el chile con 138 hectáreas; el pepino con 86 hectáreas, el maíz con 12 hectáreas y cultivos varios, principalmente hortalizas, con 638 hectáreas.

Detalló que las mayores siembras, se están dando en las zonas agrícolas de San Quintín, Ojos Negros, y Valle de la Trinidad, pertenecientes al municipio de Ensenada.

El representante de la Sader indicó que el año pasado, en la zona costa de Baja California se sembró una superficie de 562 hectáreas, que dieron una producción de 22 mil 514 toneladas de cebolla y una derrama económica superior a los 151.27 millones de pesos.

Destacó que el 100 por ciento de la producción se comercializa en los mercados regional e internacional y recomendó a los productores que están en el proceso de siembra, que se apeguen lo más posible a los paquetes tecnológicos que ya han sido validados por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); además que aprovechen al máximo el recurso agua disponible y que traten de utilizar semilla certificada a fin de que logren un ciclo agrícola más productivo y rentable.