México DF 20 de julio de 2014 (kaleydoscopio.mx/).- Los mexicanos han vivido en escenarios sociales que los llevan a considerar algunas manifestaciones e la violencia como cosa natural y cotidiana, y “ejemplo de ello es que muchas mujeres sufrimos insultos o toqueteos en la calle o en el transporte público y no denunciamos porque pensamos que es una situación que ocurre a la generalidad”, afirma Sonia Frías Martínez, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.
En una de sus investigaciones, en la que utiliza la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, 23.7% de las mexicanas ha padecido en alguna ocasión frases de carácter sexual que fueron molestas u ofensivas; 13.6% tocamientos; 7.8% ha tenido miedo de ser atacada o abusada sexualmente, y 1.4 fue obligada a ver escenas o actos sexuales.
La violencia de género (algunas de sus expresiones es el acoso y el hostigamiento) en contra de ellas es interpersonal, pues se produce entre individuos. En esta clasificación tenemos la de pareja, la que sucede en las escuelas y en el ámbito público.
La forma más visible es la física, aunque hay otras como la sexual, la psicológica, la económica, la patrimonial o la derivada de negligencia. Con frecuencia, en las instituciones donde se pueden denunciar esos actos, les restan importancia por no considerarlos graves; en consecuencia, se pierde la confianza en las instancias públicas, consideró.
La última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública muestra que 63.7% de las y los mexicanos tienen poca o nula confianza en las instituciones de procuración de justicia.
“Para denunciar o hacer evidente un acto de esa naturaleza, en primera instancia se debe reconocer que nos molesta y determinar si se hará algo al respecto; si se decide denunciar, saber a dónde acudir, pues aún hay mucho desconocimiento al respecto”.
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