TIJUANA BC 15 DE NOVIEMBRE DE 2012 (AFN).- La transición de poder en la potencia asiática está completa: Xi Jinping asumirá el liderazgo hasta 2022 del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China.
A pesar de que parece un político más inclinado hacia el Occidente y el sistema capitalista que ha convertido al dragón chino en la segunda potencia económica del mundo, su compromiso está firmemente enraizado en preservar el dogma del Partido Comunista.
Tras una semana de negociaciones a puerta cerrada, el Partido presentó a los siete nuevos líderes que conformarán el Politburó del Comité Central, el órgano máximo donde recaen las decisiones más sensibles del país más poblado del planeta.
A sus 59 años de edad, Xi Jinping ha sido nombrado secretario general del Partido Comunista y presidente de la Comisión Militar, y se convertirá en el presidente de la República Popular China en marzo del próximo año; mientras que Li Keqiang se convirtió en la segunda figura más importante al interior del Partido: el candidato más probable a ocupar el puesto de Primer Ministro o dirigente del Congreso Popular Nacional en 2013. Los otros cinco miembros tienen entre 65 y 70 años y actuarían más bien como figuras secundarias.
En su primer discurso ante la prensa, aseguró que la disciplina será una cuestión central en su administración. No permitirá que los escándalos recientes de corrupción y sobornos perviertan el espíritu del Partido.
Habló también sobre la necesidad de resolver el problema étnico de China, donde desde la primavera al menos 60 monjes tibetanos se han inmolado como protesta ante su marginalización sociocultural, una situación que muchos de los grupos étnicos en el país comparten.
También agradeció al pueblo chino su paciencia en el largo proceso de construir el país que ahora es, incuestionablemente, de nuevo un gigante en todas las áreas de desarrollo. Aseguró que se enfocará en la seguridad social y en proveer de una mejor vida a la gente, aunque no sea un sinónimo de la “felicidad” en términos del sueño americano. Sin embargo, afirmó que las capacidades de los individuos en China son limitadas, pero aquellas del Partido como una entidad, como un todo, no lo son. Si el país se mantiene fiel al “socialismo con características chinas”, la posición de liderazgo del Partido está asegurada.
Sin duda, este es el centro del dogma que el Partido desea preservar: una doctrina que cada vez tiene menos que ver con la realidad de millones y millones de chinos. Pero como lo sugirió su primera presentación en público como el nuevo líder, quizá el discurso sea distinto, y el nuevo tono traiga cambios favorables.
(Con información de Der Spiegel)
