CIUDAD DE MÉXICO 10 DE MARZO DE 2016 (Agencia).- Martin era demasiado modesto como para llamarse a sí mismo el "quinto Beatle”, pero Paul McCartney dijo el miércoles que "si alguien se ganó ese título ese fue George”.

"Fue un verdadero caballero y como un segundo padre para mí”, dijo McCartney.

Martin produjo algunas de las canciones más adoradas y de los álbumes más popular e influyentes de los tiempos modernos, como "Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, "Revolver”, "Rubber Soul” o "Abbey Road”, elevando los LPs de rock de un modo de hacer dinero con sencillos exitosos a formas de arte, "conceptos”.

Moldando a los "Fab Four”

Desde un crudo primer álbum en 1962 que se grabó en tan solo un día hasta la producción de meses de "Sgt. Pepper” apenas cinco años después, Martin presidía, asistía y a veces se hacía a un lado mientras los Beatles avanzaban a pasos agigantados como compositores y exploradores sónicos.

Compusieron docenas de clásicos, desde "She Loves You” hasta "Hey Jude” y convirtieron el estudio en un mundo fantástico de grabaciones al revés y multipista, de ritmos impredecibles, transiciones ininteligibles y montajes caleidoscópicos. Nunca más el rock volvería a ser definido como canciones de amor de dos minutos o arreglos de guitarra, bajo y batería.

Sus propios talentos fueron debidamente reconocidos. Fue nominado a un Oscar por producir la banda Sonora de "A Hard Day’s Night” de los Beatles, ganó seis premios Grammy y en 1999 fue incorporado al Salón de la Fama del Rock and Roll. Tres años antes la reina Isabel II lo nombró caballero.

Además de los Beatles, Martin trabajó con Jeff Beck, Elton John, Celine Dion y en varios discos en solitario de Paul McCartney. En la década de 1960, produjo éxitos de Cilla Black, Gerry and the Pacemakers y Billy J. Kramer and the Dakotas, y durante 37 semanas consecutivas en 1963 alguna de sus grabaciones estaba en la cima de las listas de popularidad de Gran Bretaña.

A nivel artístico, Martin nunca volvió a alcanzar tales alturas. Pero sí logró tener éxito comercial con los grupos de pop America y la Little River Band y produjo dos grandes temas para James Bond: "Goldfinger” de Shirley Bassey y "Live and Let Die” de McCartney.