La hipocresía tras las drogas

En una carta al editor del Daily Courier en Prescot Arizona, Robert Sharpe, un analista que promueve la despenalización del uso de la mariguana, culpa al Gobierno de Estados Unidos, a México y a quienes surten de droga a niños,  que algunos como el mencionado, consideran “víctimas inocentes” de quienes solamente están interesados en vender su nefasto producto, sin darse cuenta que en muchos casos ya son comprobados delincuentes.

Como otros, el Sr. Sharpe no toma en cuenta que son los padres de familia quienes tienen o deberían de tener en principio, la responsabilidad de dar dirección a sus hijos para que no caigan como débiles animalitos en el abismo de las drogas.

Según él, lo único que tiene que hacer el gobierno de ese país, es administrar el tráfico de droga y cobrar impuestos para eliminar que muchos débiles a humanos, se conviertan en usuarios o adictos.

Interesante es de que al principio del siglo pasado (1900), Estados Unidos cobraba impuestos y tenía tarifas de importación de drogas, que hoy son consideradas ilícitas. La aplicación de reglamentos y el cobro de impuestos no funcionaron y hoy el uso de éstas, es mucho más intenso que en aquel entonces, aun considerando que en 1900 el vecino país sólo tenía un poco más de cien (100) millones de habitantes.

Los niños o adolecentes no son los únicos usuarios, ya que reportes sugieren que las cantidades consumidas son gigantescas. Sólo en California, estiman que la producción de mariguana en tres condados del norte de California son valorados entre 14 y 21 billones de dólares. California es el mayor productor de mariguana del mundo.

Aparte de la gigantesca producción de esa droga en California, otros estados y numerosos países exportan a la Unión Americana más de 20 mil toneladas métricas. Entre los más grandes exportadores están México (desde antes de 1911) Colombia, Nigeria Tailandia, Canadá y otros, que producen lo que los consumidores compran.

El sembradío descubierto en fechas recientes por el Ejército Mexicano, al sur de Ensenada Baja California, fue una insignificancia en relación a las cantidades necesarias para que más de 200 millones de usuarios consuman a nivel mundial.

Por más de cien años ni los moralistas, políticos y peor, los analistas, han logrado instrumentar un plan que produzca lo que sugieren sería lo ideal para combatir este fenómeno.