ROSARITO BC 27 DE OCTUBRE DE 2024 (AFN).- Las agresiones verbales y las amenazas también son formas de violencia y aunque a menudo se minimizan, pueden escalar a agresiones físicas o sexuales, que ponen en riesgo la vida de la víctima, advirtió Lorena Meléndez Yáñez presidenta de la Fundación Manos Unidas por Baja California AC.

Durante un seminario de prevención impartido en una preparatoria de playas de Rosarito, la especialista refirió que en la mayor de las ocasiones, las víctimas no reconocen las señales de esa agresión, lo que es muy importante para reconocer la existencia de relaciones tóxicas. 

Hizo notar que los comentarios hirientes, humillaciones y amenazas son precisamente claves de este tipo de relaciones, ya sean de daño físico o emocional y llegan a crear un ambiente de intimidación constante. 

Ante su auditorio advirtió que la violencia en el noviazgo afecta silenciosamente a miles de jóvenes en todo el mundo, sin que estas víctimas se den cuenta de lo que están viviendo. 

Dijo que este tipo de abuso no siempre se manifiesta en golpes, sino que también puede ser emocional, psicológico, económico e incluso sexual, lo que lo convierte en un problema complejo y devastador. 

Hizo notar que en las relaciones en las que hay violencia, los comportamientos controladores, la manipulación y el sometimiento son constantes y pueden ser agresiones verbales, celos extremos, aislamiento de amigos y familiares o abuso físico y sexual. 

Explicó que muchas de las víctimas no reconocen esas primeras señales de abuso porque pueden ser sutiles o presentarse de manera gradual, pero -dijo- la manipulación emocional hace que la víctima se sienta responsable del maltrato, dificultando su capacidad para salir de esa relación. 

Y al recalcar que entre las señales más claras de abuso están el control excesivo y los celos desmedidos, afirmó que no es amor cuando una persona intenta controlar lo que su pareja puede hacer con quién puede hablar, o cómo debe vestirse. 

Estableció que estos comportamientos, disfrazados muchas veces de preocupación por la fidelidad, buscan generar dependencia emocional y limitar la libertad de la víctima, además de que el agresor puede llegar a aislar a su pareja de su red de apoyo, como amigos y familiares haciéndola vulnerable. 

Ante eso, quiso crear conciencia de que la violencia en el noviazgo tiene consecuencias profundas y devastadoras si no se aborda tiempo, ya que la víctima puede sufrir un grave deterioro emocional desarrollando ansiedad, dependencia emocional y en algunos casos, trastornos como el estrés postraumático, lo que afectará relaciones futuras. 

"Si la violencia no se detiene, tiende a escalar volviéndose cada vez más peligrosa", aseguró. 

Recomendó buscar apoyo de personas de confianza como amigos familiares o profesionales, que les puedan ofrecer una perspectiva, y ayudar a la víctima a entender que siempre hay opciones. 

Finalmente recordó que las víctimas pueden llamar a las líneas de emergencia 911 o al 088 de la Guardia Nacional.