*.- El diagnóstico se hace entre los 18 y 24 meses de edad
Tijuana BC 9 de diciembre de 2014 (AFN).- Las alteraciones en el habla pueden tener origen psicológico o físico; obedecen a un daño neurológico causado por lesiones orgánicas cerebrales, como el ser prematuros, sufrir traumas o problemas obstétricos que generan sufrimiento fetal agudo y provocan falta de oxígeno en el cerebro e ictericia nonatal (coloración amarillenta en la piel).
El doctor Óscar Gustavo Ornelas Gutiérrez, director del Hospital de Gineco Obstetricia número 7 (HGO 7) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, explicó que los trastornos emocionales durante el desarrollo infantil como sobreprotección, trato agresivo o desintegración familiar; así como el traumatismo craneoencefálico e infecciones centrales (meningitis, meningo encefalitis o un tumor), generan alteraciones en el lenguaje de los niños.
También desde el punto de vista neurológico, durante la gestación pueden presentarse problemas de hipoxia e ictericia neonatal; genéticamente, la carga hereditaria constituye un componente importante relacionado con estos trastornos.
El especialista del IMSS, destacó que las alteraciones de mayor incidencia son: desarrollo del lenguaje, lenguaje expresivo y lenguaje mixto. En el primer caso, el niño no articula ninguna palabra; aun cuando ya tiene edad suficiente para hacerlo o estructurar frases cortas. En el segundo problema, el menor tiene buena comprensión, pero no puede articular palabras y en el último trastorno, hay dificultad en comprensión y articulación del mismo.
Ornelas Gutiérrez informó que el diagnóstico de esta problemática se hace cuando el niño tiene entre 18 meses y dos años de edad; etapa en la que es más fácil detectar alteraciones en el desarrollo del lenguaje, previo conocimiento de los antecedentes prenatales, perinatales y postnatales.
Otras alteraciones son la dislalia, dificultad de los niños para articular palabras; afasia cuando los adultos pierden capacidad en el lenguaje oral y escrito a consecuencia de un evento vascular cerebral, como embolia, hemorragia y trombosis y el traumatismo craneoencefálico o falta de oxigenación en el cerebro.
La disfemia o tartamudez en niños y adultos, explicó el director del HGO 7, es consecuencia de la alteración emocional; mientras que la disfonía es un problema al emitir la voz, a consecuencia de cambios en las cuerdas vocales, bien por parálisis o presencia de nódulos, pólipos o tumoración en laringe.
Para concluir el doctor Ornelas recomendó llevar buen control prenatal; vigilar a qué edad el menor sostiene la cabeza, se sienta, se levanta, empieza a caminar, balbucea, dice monosílabos, palabras completas y controla esfínteres, actividades estrechamente ligadas al desarrollo neurológico.