TIJUANA BC, 18 DE FEBRERO DE 2012 (AFN).- Angélica y Carlos son dos jóvenes de 16 y 18 años respectivamente, que tienen muchas cosas en común. Una de ellas, es que no pueden ver.
Con sólo dos años de diferencia, ambo son alumnos de la “Lázaro” – como suelen llamar a la preparatoria Federal Lázaro Cárdenas- y su condición no les ha impedido superar distintos obstáculos y luchar para continuar con sus estudios y salir adelante.
La discriminación, tanto de compañeros como de docentes, la falta de conocimiento para enseñar -por parte de maestros- a alumnos con requerimientos especiales; así como la escases de espacios adecuados a sus necesidades son sólo algunos de los problemas que han tenido que enfrentar a su corta edad estos dos jóvenes.
“Muchos batallan desde la pre-ficha”, comenta Angélica, “pero a mí me ayudaron los puntos que obtuve en el examen más mi promedio que traía desde la secundaria para poder entrar”.
Por su parte, Carlos, afirma sentirse cómodo en el plantel y feliz porque pudo entrar a la prepa que él eligió.
El Sistema Educativo Estatal (SEE) ha apoya a lo largo de su camino estudiantil a estos dos jóvenes para que continúen y logren terminar de manera exitosa sus estudios, para continuar a nivel bachillerato sin impedimentos.
En entrevista para Agencia Fronteriza, Angélica platica que sentirse muy a gusto y feliz en esta etapa de su vida. En tercer semestres –platica- va a tomar la capacitación de Servicio Social que oferta la preparatoria para tener las bases y estudiar la Normal, ya que dijo, quieres ser maestra de nivel Primaria o educación especial.
“Hay muchos oficios que no puedo hacer por mi discapacidad, pero maestra sí lo puede hacer; sólo tengo que hablar, explicar, entender y concientizar a los niños. Y por qué no hacerlo con una maestra con discapacidad”, refiere.
Actualmente comenta, no siente tanto tener una discapacidad como antes; “cuando eres niño sientes el rechazo de los demás, pero cuando llegas a la prepa, ves a jóvenes maduros, que buscan ser tus amigos ya no se siente”.
Asimismo afirma que hay muchas cosas que quisiera hacer. Una de ellas, encontrar a un muchacho que la valores y quiera por lo que es, no sólo por su exterior.
“Los adolescentes son un poco superficiales, pero esa es la ventaja de no ver, que no ves las cosas tanto del exterior”, por el contrario aprendes a conocer a las personas y a saber reconocer cuando valen la pena, comenta.
De igual forma menciona que quiere aprender a vivir sola, trasladarse por la prepa sola…y quien sabe que siga después…
Cuando tienes una discapacidad afirma, tienes que trabajar el doble; “ponerle muchas más ganas para poder estudiar, aprenderte las cosas, hacer exposiciones pero al final de cuentas va a rendir frutos”.
Por otra parte, Carlos Alberto comenta que al entrar a la ”Lázaro” se sintió nervioso y a la vez contento porque logró entrar a la prepa que él quería.
Durante el examen de conocimientos le ayudaron leyéndole el examen y él daba las respuestas. Poco a poco se fue independizando y adaptando con los maestros.
La escuela cuenta con rampas y accesos que permiten el fácil traslado de los jóvenes en el interior, lo que dijo le ayuda a moverse en el interior de la misma.
Al llegar Carlos y Angélica, los maestros tuvieron una junta donde les hablaron de los casos de ambos y les dijeron de qué manera iban a trabajar.
El actualmente se apoya mucho con su computadora donde tiene instalado un programa parlante, con el que realiza todas las tareas y trabajos que le dejan en la escuela, de tal forma que puede cumplir al igual que el resto de sus compañeros.
La secundaria la curso en la número 31, Ema Anchondo de Bustamante, donde dijo que a diferencia de los esperado no sufrió de discriminación por parte de sus compañeros, sino de el director del plantel.
Pero con el apoyo de la SEE, atendieron el caso y él pudo continuar con sus estudios sin mayores contratiempos y el maestro fue removido del plantel.
Al igual que Angélica, Carlos quieres estudiar una carrera, y él quiere ser licenciado en Psicología, porque afirma que ha tenido muchos tropiezos en la vida pero se ha levantado, y piensa que si él se ha levantado, puede ayudar a las demás personas para hacer lo mismo.
Para estos dos estudiantes, el cumplir día a día con sus responsabilidades es tarea fácil, no ha impedimentos que se crucen es su camino.
Si no consigue “raite”, Carlos se traslada en transporte público donde dice no tener problemas, ya que algunos trabajadores del volante conocen su ruta. Angélica sigue con la idea firme de ser maestra y poder ser un ejemplo para los demás.