*.- ¡Ni cuando detuvieron a la Barbie! exclama el Padre “Ray”
*.- “Perdono al Arzobispo”, asegura tras celebrar su Misa
*.- Antes, el nuevo Párroco oficia la Misa “oficial” en los patios del Templo
¡Ni cuando detuvieron a la Barbie! Exclamó el sacerdote católico Raymundo Figueroa Pérez –sobre quien pesan cuatro denuncias penales- al observar el movimiento policiaco desplegado alrededor de las instalaciones del Templo que en Playas de Rosarito recién le fue restituido a la Iglesia Católica.
Y en entrevista con Agencia Fronteriza de Noticias de Tijuana afirmó no tener miedo por la orden de aprehensión que fue solicitada en su contra, como resultado de cuatro averiguaciones previas que tiene por: despojo (2), por falsedad de declaraciones y por abuso por retención.
“Yo sé que si eso sucede, la gente de Rosarito se levantaría”, comentó seguro, ante la serie de señalamientos que han hecho sus seguidores, de defenderlo hasta las “últimas consecuencias”, desde que en abril de 2009 no atendió las instrucciones de la jerarquía católica de suspender la misa dominical, en solidaridad con las medidas adoptadas por el gobierno mexicano para evitar que cundiera una pandemia con el brote de la gripa AH1N1.
El padre “Ray” como lo llaman sus seguidores, al hacer ironía del operativo instrumentado por la Procuraduría estatal para resguardar el Templo del Santísimo Sacramento, se refirió a la captura de Édgar Valdez Villarreal (a) “La Barbie”, peligroso sicario del cártel que opera en Sinaloa, donde según él, no se movilizaron tantos elementos.
Ahora identificado como “el señor Figueroa” por parte de la Arquidiócesis que encabeza el Arzobispo Rafael Romo Muñoz, el “padre desobediente de Rosarito”, se presentó esta mañana en la colonia Constitución donde se ubica lo que fue su Templo, para celebrar la Santa Misa dominical, no obstante que se anunció que ha sido solicitada una orden de aprehensión en su contra, que de ser aprobada por el Juez, se haría efectiva en poco más de 20 días.
Al respecto Figueroa Pérez dijo a la Agencia en tono condescendiente, que “yo perdono al Arzobispo” y aseguró que aunque ya no se le reconozca su calidad de pastor de la Iglesia católica “lo seguiré siendo porque tengo una comunidad que viene a escuchar la palabra. El día que no venga nadie, dejaré de ser Padre”.
Dos misas escucharon en la comunidad
A las ocho de la mañana de este día, los rosaritenses que acostumbran asistir a la Misa dominical en el Templo del Santísimo Sacramento, se dividieron según sus creencias.
Quienes respaldan la teoría de que se debe obediencia a la Iglesia como institución, acudieron a la ceremonia que ofició a las ocho de la mañana, el nuevo párroco del Templo –designado por la Arquidiócesis de Tijuana- Erick Molina.
Sin embargo, los fieles apenas llegaron a un centenar de ciudadanos, que ingresaron a las instalaciones del recinto, fuertemente custodiado por los agentes ministeriales, que este día incrementaron el nivel de alerta al anticiparse que el “Padre Desobediente” celebraría Misa.
Mientras se desarrollaba el oficio religioso, varios jóvenes seminaristas procedentes de Tijuana, estuvieron pendientes, cámara en mano, haciendo “tomas” inclusive de los pocos reporteros que se dieron cita en el lugar, específicamente en los patios del Templo donde se celebró la Misa.
El padre Erick explicó que prefirieron usar ese sitio, “para no violentar el proceso de restitución del inmueble”. Luego dijo que “la gente se siente confundida por el cariño que le tiene a Raymundo. Se siente la tensión, dijo, pero hasta este momento no ha habido expresiones francas de violencia”.
El nuevo párroco pidió a los integrantes de la comunidad “que tengamos en nuestros corazones, siempre presentes, el amor”. Dijo que “Raymundo, hasta este momento es Padre… hasta que se dictamine otra cosa él seguirá siendo Padre”.
Y luego la misa del padre destituido
El polémico sacerdote esperó unos minutos a que terminara la Misa “oficial” en el Templo en disputa para él oficiar la que ha sido tradicional y a la que acudieron casi 400 feligreses.
El sacerdote que ha renegado de la jerarquía de la Arquidiócesis local, eligió por su parte, un terreno aledaño al Templo, que se utiliza de manera temporal como Parroquia, por sus seguidores para continuar escuchándolo.
A ese sitio llegaron desde temprana hora los rosaritenses que lo defienden y uno a uno lo fueron saludando, en tanto que el padre Figueroa, a punto de las lágrimas y con la voz entrecortada aseguró que le preocupa la gente: “el dolor de la gente… las personas de esta comunidad son las más afectadas” Después, tras insistir en que sigue siendo sacerdote de la Iglesia católica, convocó a la comunidad a “mantenerse firme en la Fe, contra la adversidad”.
En la entrevista, el padre “Ray”, advirtió ante lo que ha ocurrido: “Ellos querían un inmueble,ahí está. Lo tomaron a la fuerza,ahí lo tienen”. Luego deslizó un: “Yo perdono al Arzobispo por lo que está haciendo”.
“Antes nadie venía”
Una de las seguidoras del padre Raymundo, que se identificó como “Blanca”, dijo que “antes de que llegara el padre nadie quería venir a dar Misa; la Iglesia estaba bien feíta” y en tanto “despachaba” los tamales y el menudo que tenían esta mañana a la venta, para recaudar fondos para las necesidades del nuevo lugar donde se oficiarán las ceremonias religiosas, a falta del Templo, aseguró que “el Arzobispo no ha querido el diálogo”.
Primera misa despues de la restitución
ROSARITO , BC 6 DE MARZO DE 2011 (AFN).- Esta mañana de domingo se ofició la primera misa en la Iglesia del Santísimo Sacramento, después de haber sido restituida a la Arquidiócesis de Tijuana con el apoyo de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
El culto en dicha iglesia de Playas de Rosarito fue oficiado en el patio por el padre Erick Molina quien pretendió de esta manera no provocar malestar entre los feligreses católicos de esta zona.
A la ceremonia realizada a las 9:00 horas asistieron cerca de un centenar de personas, y fue el primer evento oficial, luego de que elementos ministeriales se instalaron ahí el pasado jueves con la instrucción de capturar a Raymundo Figueroa, conocido también como el “padre desobediente” quien oficiaba las misas en este inmueble.