Este domingo el Arzobispo Metropolitano de Tijuana, Rafael Romo Muñoz, recibió un reconocimiento por su quinceavo aniversario como obispo en la ciudad, por parte de monjas y sacerdotes.
La reunión fue en el Colegio La Paz, donde Romo Muñoz expresó que su cargo es una gracia divina, al ser responsable de la iglesia católica en el municipio, por lo que consideró que uno como ser humano debe ponerse al servicio de la iglesia.
En su cargo como obispo, dijo, ha enfrentado el reto de multiplicar a los sacerdotes diocesanos, quienes dependen del obispo y permanecen en la ciudad, porque con el crecimiento de la ciudadanía se ha originado una necesidad de atender a los feligreses y se requiere de más eclesiásticos a nivel local para llevarlo a cabo.
Comentó que el ingreso de sacerdotes a la diócesis de Tijuana que abarca Tecate y Rosarito, ha sido de un 14% en el periodo en que ha estado a cargo.
Por otro lado, comentó que una de sus inquietudes ha sido la formación solida de los creyentes para que haya consistencia a través del conocimiento y la fe por parte de los fieles.