*.- Otras condicionan su participación cívica 

Eduardo Aldana

TIJUANA BC 14 DE ABRIL DE 2024 (AFN).- Comunidades indígenas  impiden que sus mujeres (esposas, hijas) sean candidatas en procesos electorales como el que hoy tenemos en México, porque a éstas las quieren sus maridos y padres en labores del hogar, o de vendedoras ambulantes, según lo que encontraron representantes de algunos partidos en sus esfuerzos por integrar sus planillas.

Eso le ocurrió, como posiblemente a otros, al del Trabajo (PT), que se enfrentó a problemas al tratar de cumplir con las acciones afirmativas, lo cual sucedió con mucho esfuerzo, según se dijo.

Julio Octavio Rodríguez Villareal, representante del Partido del Trabajo en el Consejo General del Instituto Estatal Electoral, refirió en entrevista con Agencia Fronteriza de Noticias (AFN) que se encontraron con problemas en Mexicali, Tijuana, Rosarito y San Felipe al entablar pláticas con las autoridades de organizaciones indígenas oaxaqueñas, pues esas organizaciones se manejan, supuestamente, mediante usos y costumbres tradicionales.

Pero en realidad, esas organizaciones que son las que deciden por las mujeres y deben darles permiso, se han convertido más bien en agrupaciones de vendedores ambulantes, que son una especie de sindicato de protección para poder obtener permisos del gobierno en turno, para la actividad económica de ventas que desarrollan comúnmente, ya sea de frituras, alimentos, o como "boleadores" de calzado, Etc.

Y como requieren a las mujeres como "fuerza de trabajo", dijo, les fueron negadas las cartas de autorización de aquellas a las que estaban invitando como candidatas, bajo el argumento de que "están muy ocupadas en las labores del hogar".

Las personas con las que dialogaron preguntaban el por qué no postulaba el partido a hombres, no obstante que se les explicó que debido a las acciones afirmativas y paridad de género, al igual que deben ir personas del sexo masculino, también deben ser registradas mujeres de esas comunidades. 

Además se les dijo que buscaban que los candidatos -incluidas las mujeres- fueran realmente integrantes de dichas comunidades indígenas y no activistas que se relacionan con estos grupos. 

Solamente, dijo el entrevistado, en el caso de los purépechas no tienen problema de que sean sus mujeres candidatas, y por lo tanto llevan como tal a una representante de esa comunidad, en el distrito 1 a diputada federal, y en el distrito 6 a diputada local. 

Sin embargo, Rodríguez explicó que en estos casos los responsables de esas comunidades purépechas han condicionado su firma a que se les deje decidir quiénes serán los candidatos.

Entonces la selección de los abanderados en este caso, dijo Rodríguez, no se haría por un proceso interno del Partido del Trabajo, sino mediante un proceso de dichas comunidades.

La entrevista a Rodríguez se hizo días antes de que se concluyera el proceso de integración de las planillas que ya fueron registradas ante la autoridad electoral.