La epidemia.
Por : Gilberto LAVENANT
Como si fuese una epidemia, aunque para algunos es solamente una moda, han empezado a surgir, por doquier, organizaciones políticas de supuestos “peñistas”. En todos los casos, presuntamente, se trata de personajes estrechamente ligados con el exgobernador del Estado de México y cuasicandidato presidencial Enrique Peña Nieto. La verdad es que, a muchos de ellos, como dicen comúnmente, “en sus casas los conocen”.
Todos manifiestan, invariablemente, que surgen, para brindar su apoyo al aspirante presidencial con mayores ventajas en las encuestas electorales, hacia los comicios del 2012. Pareciera una emergencia, como algo de vida o muerte. Como que si el cuasicandidato necesitara que le den una “manita”.
Lo raro es que, en las que ya han surgido formalmente, no se observa la presencia de políticos de tiempo completo, ni de individuos con sobrada solvencia política, ni mucho menos quienes puedan acreditar que efectivamente tienen lazos estrechos con Peña Nieto. Bueno, los hay que no son del todo desconocidos, pero que no pueden presumir que sean unas “lumbreras” como políticos.
Lo de la ventaja de Peña Nieto, frente a todos los aspirantes presidenciales, no es nada nuevo. Pero tampoco es nuevo, porque es tradicional en el priísmo, que ahora todos son, o muchos, presumen ser peñistas, aunque muchos de ellos ni siquiera conocen en persona al cuasicandidato. No saben qué dice sobre tal o cual tema, quienes son sus allegados, ni mucho menos cuales son sus propuestas hacia los comicios del 2012.
Otra característica, es que, al menos en Baja California, en los actos inaugurales de estas organizaciones, no se observa la presencia de dirigentes priístas locales. Como que surgen al margen de las estructuras priístas oficiales. Más bien se observa en ellas a personajes que son rivales de quienes ostentan las dirigencias partidistas en estos momentos.
Todos los priístas, pueden constituir organizaciones, que tengan como finalidad u objetivo trabajar u operar a favor del aspirante presidencial de sus simpatías, pero eso no significa que tengan la anuencia de este para ello, ni que tengan liga o línea directa. En su momento, esto habrá de corroborarse.
Y aunque ahorita no se hace ninguna distinción al respecto, cuando el presunto adquiera el carácter de candidato oficial, tengan por seguro que se clarificará quienes son auténticos “peñistas” y cuales son meros clones.
No se ha hecho mucho al respecto, porque aún no es el momento para ello. El 18 de octubre próximo, se habrá de definir las formas o el método de selección del candidato priísta a la Presidencia de la República. Entonces se sabrá quien es quien, y quien presume serlo, aunque no lo sea.
A propósito, desde la contienda de Eruviel Avila a la gubernatura del Estado de México, se tuvo mucho cuidado de que no se involucrara, en la contienda priísta, ningún personaje de dudosa reputación, así es que muchos presumieron ser cercanos al ahora Gobernador, y obviamente a su antecesor, Peña Nieto, pero en realidad nunca estuvieron tan cercas, como presumían. Todo eran meras presunciones, pues.
Lo que si se sabe, aunque no se ha dicho abiertamente, es que en el caso de Peña Nieto, ya tiene ojos y oídos en toda la República Mexicana y que tiene debidamente identificados a aquellos personajes con los que no le conviene que lo relacionen o asocien.
Cabe observar, que cuando se habla de un nuevo PRI, no se trata precisamente de que quienes presuman ser “peñistas”, sean totalmente nuevos en el panorama político. Se trata de que deben mostrar nuevas actitudes, más positivas, más abiertos a la sociedad.
Pero también deben entender, que no se es político, por mera presunción, ni por colocarse un logo partidista, ni por constituir, dirigir o formar parte de una organización de corte político.
Eso sería tanto como presumir ser allegados al cuasicandidato, por adoptar el nombre o siglas del nombre de este, para “bautizar” a la organización recién integrada.
Pero volviendo a la epidemia de organizaciones presuntamente “peñistas”, todo indica que estas seguirán surgiendo, como hongos, en todo el territorio mexicano. Surgen, porque sus promotores consideran que no hay riesgo de equivocación. De existir dicho riesgo, de tontos se abren a favor de tal o cual aspirante.
Total, este es un mal pasajero, temporal, al grado de que muchos la ven simplemente como una moda. Cuando surjan los “peñistas” oficiales, los verdaderamente autorizados para ostentarse como tales, se pondrá a cada quien en su lugar.
Por el momento, lo recomendable es que sean cautos. Habrá múltiples eventos, invitaciones a sumarse a un nuevo grupo, pero muchos de ellos serán meros grupos u organizaciones temporaleros. Surgen previamente a un destape, o durante la contienda formal. Después, desaparecen, se diluyen. Nadie vuelve a saber nada de ellos, ni de sus dirigentes.
Lo apuntaba aquí en Palco de Prensa, a propósito del acto inaugural de una organización presuntamente peñista : ¿ las organizaciones que se etiquetan como “peñistas”, realmente cuentan con el visto bueno y bendición del cuasicandidato priísta ? Esto se verá cuando se decidan las candidaturas para los comicios presidenciales, pues si son “compas” de Enrique, pues seguro que algunos de ellos serán los candidatos. De no ser así, pues entonces, lo suyo, serán meras presunciones.
Y no se preocupen, esta “epidemia”, pasa pronto, es temporal.