El escándalo.
Por : Gilberto LAVENANT
Una expresión de júbilo, pero irreflexiva, por parte del Obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero, provocó un escándalo de proporciones mayúsculas. El clérigo mexicalense dijo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, estaba a punto de dejar sin efecto la llamada “ley antiaborto” de Baja California, pero que una llamada del Papa Benedicto XVI cambió las cosas y finalmente resolvieron a favor de la misma.
Esa expresión puso de manifiesto que el máximo tribunal de justicia en el país, no resolvió en conciencia y con apego a estricto a derecho, sino influenciado por el jefe de la iglesia católica, lo cual efectivamente es escandalozo y sumamente grave.
De pronto, el dicho del Obispo mexicalense, hizo a muchos retroceder en el tiempo y recordar cuando la iglesia, incluso en el territorio mexicano, principalmente en la época colonial y más adelante en los inicios de la independencia, era el poder tras el trono. Bueno, aún se recuerda cuando la católica, era la religión oficial en nuestro país. Hasta que Juárez delimitó terreno, haciendo valer aquella sentencia de Jesucristo, que advertía “dale al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”.
El dicho inocente o ingénuo, hizo que muchos mexicanos se atragantaran. Ponía en entredicho la valía de la Corte y revelaba el enorme poder de la iglesia, sobre el gobierno mexicano. Lo que no pudo lograr el propio Presidente Felipe Calderón, su esposa y organizaciones civiles, e incluso el PAN, lo logró el Papa Benedicto XVI con una simple llamada.
El escándalo estalló, cuando la tarde del jueves de esta semana, en el noticiero de Televisa, el periodista Joaquín López Dóriga, sumamente sorprendido, anunció lo dicho por el Obispo de Mexicali.
De entrada, el periodista capitalino señaló : “…El Obispo de Mexicali, Isidro Guerrero, hizo hoy una gran revelación, vamos, no de ocho, sino de 16 columnas, Reveló que la determinación de la Corte, se debió a la intervención, nada menos que del Papa Benedicto XVI…así como lo oye”.
Luego agregó: “…El obispo Guerrero dijo que el Papa llamó por teléfono a México, para que la Corte respetara la decisión del Congreso de Baja California contra el aborto”.
Quienes escuchaban, quizás de inmediato pensaron que era una “volada”, sí, de esas noticias que surgen de la imaginación de algún periodista, sin sustento alguno. Sin embargo, presenta la videograbación relativa al momento en que el clérigo hace tal revelación. Los hechosocurrieron la mañana del jueves, cuando el Obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero, fue invitado a bendecir las tradicionales Fiestas de El Sol, en la capital del Estado.
El clérigo, aprovechando que tenía en sus manos el micrófono, visiblemente complacido, señaló que la resolución de la Corte a favor de la llamada “ley antiaborto”, fue originada por una llamada telefónica del Papa Benedicto XVI, con lo que se establecía que el Máximo Tribunal de Justicia del país, no resolvió en conciencia, ni con apego a estricto derecho, sino en atención a la petición o recomendación del jefe de la iglesia católica.
En el video del escándalo, se observa el momento en que el Obispo mexicalense señala: “…Casi perdíamos ayer, pero una llamada del Papa, no sé a quién, no me pregunten, cambió todo. Esa es la iglesia y es el proyecto de Dios. En donde está la familia y al niño no nacido, se le espera con amor, hay un pueblo de amor y de gran esperanza…”.
Como era de esperarse -aunque el clérigo ni se imaginó lo que provocaría- el mundo entero se escandalizó. En especial los propios Ministros de la Suprema Corte, por la “balconeada”, los actores políticos al saber que se hacia constar el enorme poder de influencia de la iglesia católica sobre las estructuras gubernamentales, y en especial en la toma de decisiones o resoluciones de la Corte. Esto obligó al Vaticano que declarara que no hubo intervención del Papa y de inmediato se giraron instrucciones al Obispo de Mexicali, para que rectificara.
La pretendida aclaración, en lugar de desmentir lo dicho, lo confirma, no precisamente porque ahora diga lo contrario, sino porque contiene un intento de desmarque institucional. Para desgracia del Obispo mexicalense, la gran mayoría de los mexicanos pudieron observar la videograbación en la que hace las aseveraciones del escándalo, y las mismas, no solo fueron proyectadas a través del noticiero televisivo, sino que circulan profúsamente por el internet, con lo que queda claro que si dijo lo que dijo, y que ahora pretende negarlo.
Salen sobrando las declaraciones que intenten decir lo contrario al contenido de las manifestaciones del Obispo de Mexicali, en la bendición de las Fiestas de El Sol : “…Casi perdíamos ayer, pero una llamada del Papa, no sé a quién, no me pregunten, cambió todo. Esa es la iglesia y es el proyecto de Dios. En donde está la familia y al niño no nacido, se le espera con amor, hay un pueblo de amor y de gran esperanza…”.
Imaginen nada más a los gobernantes mexicanos, que a la hora de tomar decisiones relevantes, primero tengan que acudir ante la autoridad ecleciástica, a solicitar su visto bueno, su aval o anuencia. Si Juárez viviera, tendría una muerte fulminante.
No cabe duda que alguien, de muy buen nivel, le contó al Obispo Guerrero, el por qué la Corte resolvió como lo hizo. Seguro que no fue un invento personal o meras deducciones o interpretación de las multiples declaraciones surgidas en torno al tema. Es el líder espiritual de los mexicalenses, y llamarle mentiroso, es una grosería, es faltarle al respeto.
Claro, no imaginó que revelarlo públicamente, causaría el escándalo que se vivió este fin de semana y que puso a la Suprema Corte de Justicia de México, en un papel ridículo, sumiso ante influencias religiosas. Difícil será borrar este “bochornoso incidente”. Podría decirse que aún cabalga en territorio mexicano, el “espíritu” de la llamada Santa Inquisición.