El Renacimiento, una nueva idea de Dios y del pensamiento
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El Renacimiento, una nueva idea de Dios y del pensamiento

CIUDAD DE MÉXICO - domingo 9 de marzo de 2025 - Hugo Alfredo Hinojosa.
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Por: Hugo Alfredo Hinojosa

CIUDAD DE MÉXICO 9 DE MARZO DE 2025.- El Renacimiento fue, a mi parecer, uno de los momentos más relevantes de nuestra historia. La humanidad creció y maduró hasta dar paso a las revoluciones que, para bien o para mal, nos han normado a lo largo de los siglos. No existe una idea social, cultural o política que no haya sido ya expuesta desde la Edad Media y el Renacimiento… tan solo Petrarca hablaba de su época como un momento donde la política era antiética… misma reflexión y reclamo que podemos hacer hoy día no solo en México sino en cualquier región del planeta. Así, el Renacimiento, que se extendió aproximadamente desde el siglo XIV hasta el XVII, marcó un momento decisivo en la historia del pensamiento occidental. Surgido en Italia y propagado por Europa, éste destacó por su retorno a la antigüedad grecorromana, el florecimiento del humanismo [el demonio de varios] y una redefinición de las relaciones entre el hombre, el cosmos y lo divino.

Más que un simple resurgimiento artístico o científico, el Renacimiento transformó la filosofía al colocar al ser humano en el centro del discurso intelectual, sentando las bases para la modernidad. Filósofos como Marsilio Ficino y Giovanni Pico della Mirandola, con sus contribuciones, ejemplifican esta revolución del pensamiento. El término fue popularizado por Giorgio Vasari en Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos (1550), al describir el “renacer" de la cultura tras la Edad Media. Sin embargo, como señala Paul Oskar Kristeller, el Renacimiento no fue una mera imitación del pasado, sino una reinterpretación creativa que fusionó el legado clásico con las inquietudes de su tiempo y me atrevo a decir que realmente no hemos superado este ejercicio de reinterpretación constante de la antigüedad.

Marsilio Ficino, uno de los pilares del Renacimiento filosófico, encabezó la Academia Platónica de Florencia, fundada bajo el mecenazgo de Cosme de Médici. Ficino dedicó su vida a traducir y comentar las obras de Platón, así como los textos de Plotino y otros neoplatónicos, haciéndolos accesibles al mundo latino. Su obra más influyente, Teología platónica, propone una síntesis entre el platonismo y el cristianismo, argumentando que el alma humana es un vínculo entre lo terrenal y lo divino. Para Ficino, el amor intelectual [amor intellectualis] es el medio por el cual el alma asciende hacia la contemplación de Dios, un proceso que requiere tanto razón como intuición espiritual. Esta visión optimista contrastaba con la teología medieval que, influida por San Agustín, enfatizaba la corrupción humana tras el pecado original. Ficino, en cambio, veía al hombre como un ser activo, capaz de participar en la creación divina mediante su intelecto y voluntad.

Además, Ficino desarrolló una filosofía del amor que tuvo un impacto duradero. Inspirado en el Banquete de Platón, argumentó que el amor es un motor del universo, una fuerza que conecta todas las cosas en una armonía cósmica. En sus Comentarios sobre el Banquete, describió el amor como un impulso hacia la belleza, que en su forma más elevada conduce a la verdad y a Dios. Esta idea no solo influyó en el arte renacentista, como las obras de Botticelli, sino que también ofreció una alternativa a las concepciones medievales del amor como mera pasión terrenal o subordinación ascética.

Por su parte, Giovanni Pico della Mirandola, llevó el humanismo renacentista a una cúspide radical con su Discurso sobre la dignidad del hombre, escrito como introducción a sus 900 tesis, que planeaba debatir en Roma. A diferencia de Ficino, cuya obra se centró en una armoniosa síntesis teológica, Pico adoptó un enfoque más audaz y ecléctico, integrando no solo el platonismo y el cristianismo, sino también el aristotelismo, la cábala judía y el hermetismo. En su tratado, Pico imagina a Dios dirigiéndose al hombre: y para fraseo… “no te hemos dado un lugar fijo, ni una forma propia, ni un oficio peculiar, (…) para que tengas el lugar, la forma y los oficios que desees, según tu voluntad y tu juicio”. Esta declaración revolucionaria posiciona al hombre como un ser indefinido, libre de determinismos naturales, capaz de moldear su destino mediante sus elecciones.

La filosofía de Pico desafió las jerarquías medievales, que veían al hombre como un eslabón subordinado en la “gran cadena del ser”. En lugar de ello, propuso una visión dinámica de la humanidad, capaz de descender a lo bestial o ascender a lo divino, dependiendo de su libre albedrío… el hombre como su poco arquitecto del destino… Sin embargo, su eclecticismo no estuvo exento de controversia: la Iglesia condenó varias de sus tesis como heréticas, y Pico tuvo que retractarse parcialmente, lo que ilustra las tensiones entre el espíritu innovador del Renacimiento y las estructuras tradicionales.

Así pues, a pesar de sus diferencias, Ficino y Pico compartían una creencia en el potencial ilimitado del ser humano. Mientras Ficino lo expresó mediante una metafísica del amor y la contemplación, Pico lo hizo a través de una exaltación de la libertad y la diversidad intelectual. Juntos, transformaron la filosofía renacentista en un espacio de exploración, donde la razón y la espiritualidad podían dialogar sin las restricciones dogmáticas de la escolástica.

Por otra parte, el Renacimiento también impactó la filosofía natural, con figuras como Nicolás Copérnico, cuyo heliocentrismo desafió las cosmologías medievales. Este enfoque empírico, apoyado luego por Galileo, reflejó el espíritu crítico renacentista. Asimismo, pensadores como Erasmo de Róterdam, con su Elogio de la locura, combinaron humanismo y reforma cristiana, mostrando la versatilidad del período. Erasmo, lo retomaremos en la siguiente lectura fue el responsable de una revolución humanista, por llamarla de alguna manera, que sentó las bases culturales de occidente. Para él la educación era fundamental… qué interesante debido a que hoy mismo la educación es más un aparato de adelgazamiento intelectual tolerados e impulsados por los estados de todo el orbe.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.

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