Por Julio Octavio Rodríguez Villarreal

TIJUANA BC 2 DE MARZO DE 2025.- No es cuestión de ideología, ni de simpatías personales. Hay una realidad innegable: la guerra en Ucrania ha sido sostenida no por el interés del pueblo ucraniano, sino por las élites que ven en el conflicto un negocio, una estrategia geopolítica y una herramienta de expansión del poder. A los gobiernos de Occidente no les ha preocupado la sangre derramada, sino la rentabilidad de la guerra.

Hoy, la esperanza de vida en el frente es de minutos. Ucrania ya no tiene jóvenes, porque los que cumplen 17 años son enviados al matadero en una guerra donde la muerte es segura. Y mientras miles de cuerpos se acumulan, Volodímir Zelenski, en lugar de buscar el fin de la masacre, exige más armas. No pide negociaciones, no busca la paz, sino que se aferra a la narrativa de la "resistencia heroica", una consigna fabricada para justificar la aniquilación de su propio pueblo.

Pero Zelenski no es el único que ve la guerra como una inversión de sangre a cambio de reconocimiento. Europa y Estados Unidos han tratado a Ucrania como un peón desechable en su juego de poder contra Rusia. No hay hijos de oligarcas en las trincheras. No hay hijos de banqueros, ni de ministros, ni de directivos de la industria armamentista muriendo en el frente. Solo los pobres mueren. Siempre han sido los pobres los que mueren.

Ahora, con la llegada de Donald Trump, el guion cambia. No porque Trump sea un pacifista, sino porque la guerra ya no le resulta rentable a su visión de poder. Él exige lo que cualquier líder mínimamente racional debería exigir: el fin del conflicto por la vía diplomática. No sabemos si lo hace por intereses comerciales, por pragmatismo geopolítico o por verdadera preocupación humanitaria. Pero lo cierto es que tiene razón.

¿Significa esto que Trump es un salvador? No lo sé, pero significa que el resto de los líderes, cegados por el dogma de la guerra, han demostrado ser peores. Porque si el más cínico de los políticos del siglo XXI está pidiendo la paz, mientras Europa sigue exigiendo más cadáveres y Zelenski sigue pidiendo más armas, queda claro que el mundo está siendo dirigido por sociópatas sin escrúpulos, y prefiero más Trump que Zelenski, Putin o Biden.

La historia juzgará a quienes, por avaricia, convirtieron a Ucrania en un cementerio. Pero el juicio de la historia no servirá de consuelo para los miles de jóvenes que nunca llegarán a ser adultos.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor