Por: Norma Y. Cortés
Tijuana BC 7 de noviembre 2014 (AFN).- La Compañía Nacional de Teatro, presentó en el Centro Cultural Tijuana, la última de dos funciones de la obra "Zoot Suit" del dramaturgo y director Luis Valdez.
El drama chicano, basado en la historia de Henry Reyna, hijo de emigrantes mexicanos y líder de una banda pachuca de Los Angeles, California, acaparó la atención de espectadores vestidos de "tacuche" o de nostalgia e interés por conocer más sobre un movimiento que impactó también a esta frontera.
La puesta en escena se centra en la vida de Henry Reyna (Everardo Arzate), quien después de un juicio desaseado y sin pruebas ni testigos fue llevado junto a su pandilla, a la cárcel de San Quintín por haber asesinado a un joven méxico-americano en las inmediaciones de Sleepy Lagoon. En ese entonces La policía detuvo a 600 sospechosos que traían el uniforme de su generación: el zoot-suit. Durante varios años su defensor y una reportera siguieron con la apelación y con la formación de un Comité de Defensa de "Sleepy Lagoon" que finalmente logró la liberación de los acusados.
La obra de Luis Valdez recreó también los enfrentamientos que en junio de 1943 tuvieron los marinos norteamericanos contra los zoot suit de Los Ángeles, a quienes sacaban de cines o de salones de baile y despojaban de sus apreciadas ropas, golpeándolos hasta enviarlos al hospital. La violencia terminó 10 días después con decenas de heridos.
Pantalones bien planchados y bombachos, sacos largos y sombreros de ala ancha, era la vestimenta que los hacía parecer seguros de sí mismos y reyes de los bailes y que la Compañía Nacional de Teatro vistió durante los diversos y dinámicos cuadros que encabezaba el personaje del "Pachuco", (Enrique Arreola) alter ego del Henry Reyna.
"Bato", "chota", "ese", "con safos", "cantón", "jefita" y "rifa" y fueron algunas de las palabras que se utilizaron en la obra que remontaron a los asistentes al vocabulario que muchos usaron en su niñez, como resultado de la influencia de su familia de California o de la amistad con algún vecino de la colonia.
El racismo, la injusticia, los prejuicios, la transculturación y la familia, fueron algunos de los temas que se manejaron en esta puesta en escena que fue seguida desde las butacas por el creador del Teatro Chicano, Luis Valdez, quien agradeció de pie y después en el escenario junto con todo el elenco.
Para Luis Valdez, esta producción representa la realización de sus más profundos sueños por enfatizar nuestra unidad continental.
"Ojalá que con esta producción sea más palpable la realidad de que nuestro pueblo mexicano es el mismo en ambos lados de la frontera con EEUU y que la lucha inolvidable de los chicanos por defender su mexicanidad, a pesar de la discriminación racial y cultural en aquella época de los cuarenta, permanezca como parte de la herencia de todo nuestro pueblo hemisférico", ¡Viva México! !Viva América!, ¡con safos!, escribió en el programa de mano.
Congruente a su interés por el respeto a los mexicanos del mundo y de todos los tiempos, Luis Valdez se unió a la protesta que la Compañía Nacional de Teatro hizo por los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa en el escenario del Centro Cultural Tijuana.