TIJUANA BC 14 DE SEPTIEMBRE DE 2025 (AFN).- El Consejo de Patrimonio Cultural del Estado de Baja California decidió el pasado 11 de septiembre remover el frontispicio de la Casa de la Cultura de Tijuana, en la colonia Altamira, bajo el argumento de daños en la estructura, lo que provocará la pérdida de un elemento fundamental del inmueble, denunció Armando Fidel Ramos Hernández, miembro del Consejo de Patrimonio Cultural y coordinador de la Asociación de los Defensores de 1911.
El frontispicio es la pieza principal ubicada en la parte alta de la fachada del inmueble, construido en 1930, y corresponde a una réplica del Fourth Avenue Junior High School, ubicado en Yuma, Arizona, Estados Unidos. Ramos Hernández recordó que en casi 50 años el edificio no ha recibido el mantenimiento ni la restauración adecuada; la intención, dijo, siempre ha sido conservar y restaurar, no modificar ni remodelar.
Ramos Hernández afirmó que existe malestar entre integrantes del sector y ciudadanos por esta decisión, y lo más grave, señaló, es que votaron a favor de esa “destrucción” la secretaria de Cultura, Alma Delia Ábrego Ceballos, y el subsecretario Carlos Adolfo Gutiérrez Vidal, sin atender las recomendaciones de especialistas. Calificó la medida como una “irresponsabilidad” derivada de la falta de experiencia de los funcionarios, quienes “soberbiamente, por estar sentados en una silla y poder decidir, toman medidas sin escucharnos a quienes conocemos el tema”.
El especialista enfatizó que la Casa de la Cultura cumplirá 100 años en 2030 y advirtió que remover elementos esenciales del inmueble sería “fragmentar el corazón del edificio”, afectando su valor histórico y cultural. Confirmó que espera ser citado por la gobernadora para presentar información y definir acciones que garanticen la protección legal del patrimonio.
Con más de 25 años de experiencia en preservación, Ramos Hernández ha participado en proyectos como el Hotel Riviera, el Parque Teniente Guerrero, la Escuela Cuauhtémoc en Mexicali, el Palacio de Cultura y el antiguo Palacio Municipal, hoy sede del IMAC. Subrayó que su labor en defensa del patrimonio siempre ha sido de buena fe, sin recibir salario y aportando recursos propios.