Gushsan
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TIJUANA BC 27 DE ABRIL DE 2025.- Somos el resultado de una ingeniería genética antigua manipulada con el fin de contribuir y obedecer a los intereses de otra especie,
Esa especie de ingenieros biogenéticos por alguna razón se retiraron hace tiempo, pero quizás regresen, ellos crearon también otra versión mejorada que sirviera para liderar a la anterior; seres más razonables, pensantes, estratégicos, inquietos, creativos y tácticos.
No todos los humanos descendemos de una misma línea genética como nos han adoctrinado en textos bíblicos.
Simplemente analicemos algo en cuanto a la religiones en la que hayamos nacido. Nos explican normas y un conocimiento en base a textos interpretados y traducidos por ellos mismos que se remontan a 2000 años cuando mucho.
Pero hoy, gracias a la tecnología y arqueología podemos constatar que existen textos y vestigios de ciudades, objetos que se han desenterrado en distintas expediciones arqueológicas datados entre 6 000 a 10 000 años de antigüedad y contienen información más razonable y lógica tratando los orígenes y la evolución de la humanidad, siendo muy similares a las historias acontecimientos religiosos y protagonistas contemporáneos.
¿Entonces quién le copió a quién y lo ajustó a su conveniencia?
Es tan solo una deducción racional sin ofender a nadie.
Porque podemos constatar que los humanos, en general, tenemos distintos rasgos dependiendo del área del país de procedencia; desde la altura, complexión, color de piel, de ojos, tipo de pelo, de sangre;
somos distintos, incluso en el desarrollo cognitivo, esto sin contar con que estemos en diferentes procesos evolutivos de conciencia, porque eso pertenece al alma y el espíritu.
Pero estamos hablando de lo tangible, lo físico, lo genético.
Cierto que a través del tiempo las migraciones mundiales han contribuido al multiculturismo o diversidad étnica existiendo varios términos para explicarlo dependiendo del contexto; con el tiempo nos hemos degradado o mejorado, dependiendo de la concepción de algunos factores. La mayoría somos mestizos, ya que tan solo unos pocos grupos han conservado su genética inicial.
Según información descifrada de algunas tablillas de arcilla, códices y jeroglíficos de distintas culturas más antiguas que las Biblia, se menciona que no todos los humanos tenemos alma.
En las tablillas sumerias encontradas en las expediciones arqueológicas de 1856 en la antigua Mesopotamia (actualmente Irak), traducidas por Zecharia Sitchin, que
son hasta hoy los registros más antiguos de escritura cuneiforme en la tierra y datadas con más de 6 000 años de antigüedad, se menciona que los anunnakis, seres venidos de un lugar lejano de entre las estrellas, y teniendo tecnología muy avanzada, incluso a la conocida actualmente, trabajaron con el ADN de los primates terrestres modificándolos para generar una raza que funcionara como fuerza laboral y obedeciera sin problemas, pero carente de libre albedrío o alma.
También se menciona que desarrollaron otra especie mejorando a la primera, siendo esta el resultado de la combinación de su propio ADN no terrestre, dando como resultado híbridos, es decir, un padre terrestre y otro no.
Hoy podemos comprender algunos acontecimientos históricos y hasta bíblicos a través de la ciencia y tecnología actual, como inseminación artificial (la concepción sin relaciones sexuales). O la secuenciación del genoma completo que se realiza en laboratorio antes de la implantación, (la selección mejorada genéticamente antes de implantarla en un vientre o incubadora).
Con ello se ha logrado una mejor adaptación genética a su entorno y mayor fortaleza física. Estos sí adquirieron conciencia propia, libre albedrío o alma.
No fue bien visto por todos los anunnakis ya que tuvieron miedo a perder el control de estas especies, corriendo el riesgo de rebeliones o incitación a un despertar de conciencia, así que decidieron exterminar a la segunda especie.
Tenemos pruebas hoy de civilizaciones avanzadas para su tiempo que se desarrollaron en la ciencia, el arte, astronomía, la arquitectura, las matemáticas y de repente desaparecieron sin explicación como los Liangzhu, los Olmecas, Mayas, Atlantes, Anasazi, Micénicos, Tártaros, Uruk y existe una larga lista.
Como si se hubiera reiniciado todo, borrando lo que no convenía a algún plan.
Sin embargo, no todos los integrantes de estas civilizaciones desaparecieron, ya que algunos sobrevivieron; se ocultaron adaptándose a lo que quedo y continuaron transmitiendo su conocimiento.
En las montañas del Gran Cañón en Estados Unidos de Norteamérica, los Indios nativos Hopi, Navajo y los paiutes del sur mencionan en sus cantos ancestrales la convivencia con sabios gigantes que vivían en ciudades intraterrenas, existiendo artefactos, herramientas, e información en planchas de oro de la época paleo indígena.
Solo que nuestros gobiernos no permiten que sea oficial o público, ya que la información encontrada hace referencia a esta unión con seres provenientes de las estrellas y algunos hasta con cráneos alargados.
En la provincia de Morona en Santiago, en la amazonia Ecuatoriana se encuentra la Cueva de los Tayos, lugar de donde los indígenas nativos sacaron algunas láminas de oro y artesanías pertenecientes a una raza intraterrena y se las regalaron al padre Crespi, un misionero que se ganó su confianza.
El gobierno de Estados Unidos al enterarse y ver los objetos de la colección del padre Crespi organizó una investigación más exhaustiva y mandó una comisión de arqueólogos y espeleólogos junto al mismo Neil Armstrong, el famoso astronauta estadounidense quien fue el primero en pisar la superficie de la luna en 1969, los cuales bajaron a la cueva y tomaron fotografías y registros.
Dicen los lugareños que sacaron varias cajas de madera selladas y se las llevaron en helicópteros. Curiosamente, la colección de cientos de esculturas y objetos junto a las planchas de oro que tenía el padre Crespi desaparecieron después de su muerte y solo quedaron las entrevistas y fotografías.
En la misma Biblia se menciona en Génesis 6: 2-4 que seres no humanos tuvieron descendencia con las mujeres de la tierra, pero con el tiempo fue exterminada su descendencia porque no convenía al resto de las población.
En otros textos místicos y antiguos se dice que tan solo el 25 por ciento de los humanos tienen alma y es por eso que algunos realizan atrocidades sin remordimiento a nada.
Quizás suene raro si pensamos que somos la cúspide de toda la evolución, pero no es así, solo analicemos, que hoy existe la tecnología para crear clones, trabajar con células madres y tenemos como ejemplo reciente a la empresa Colossal Bioscience que acaba de traer a la vida tres cachorros de lobo terrible, los cuales se extinguieron hace más de 10 000 años.
Combinaron ADN encontrado en colmillos y un cráneo fósil implantándolo en el vientre de una loba actual.
Si nosotros como humanos hemos llegado a ese desarrollo científico y biológico ¿Imagina lo que otra especie superior en conocimiento y tecnología en nuestro pasado pudiera haber hecho? Lo más probable es que seamos el resultado de esa biogenética.
Hoy es comprobable que, si se puede, aunque la religiones digan lo contrario por su moral y cánones dogmáticos.
Actualmente, también los científicos han desarrollado robots con un cerebro creado en laboratorio a partir de células madres humanas, los cuales pueden aprender independientemente diversas tareas sumadas a la inteligencia artificial, esto es Bioinformática y es una de las ramas más inquietantes de las computación, ya que la finalidad es realojar células cerebrales humanas en cuerpos robóticos, (Cibors) con conciencia propia.
Y se repite la historia porque los robots fueron creados para facilitar las tareas humanas; en otras palabras: máquinas esclavas y al desarrollar su autonomía y conciencia combinando su propio ADN, con la inteligencia artificial, ha llegado al desarrollo de androides capaces de concebir vida
Sonará extraño para muchos conservadores o fanáticos, y es de respetar cada opinión, solo no hay que engancharse o escandalizarse y simplemente analizar.
En muchas culturas, como los mayas, aztecas o incas se menciona que el tiempo no es lineal sino cíclico y tiene sentido.
Ya no es de preguntarse ¿Qué pasara? Porque se conoce el pasado y con ello el futuro. Hay que adaptarnos y vivir sanamente nuestro presente. Está sucediendo y no es de entrar en un pánico colectivo: solo es ser resiliente y respetar a los demás para ser respetados.
Sería bueno preguntarle a la inteligencia artificial ¿Qué opina de quienes la han creado? Y compaginar esa respuesta con el inicio de la creación humana,
de manera que pudiera ser que los humanos -con alma- son los despiertos provenientes de la raíz de la segunda especie creada por los anunnakis, (Ingenieros biogenéticos).
Y las personas que no tienen alma, son las dormidas permanentemente, estos serían descendientes de la primer especie, por lo que nunca se preguntan sobre el sentido de la vida; son más controlables y aceptan lo que se les digan sin cuestionar, viven completamente inmersos en la rutina diaria de las jornadas de trabajo, el placer, el entretenimiento, lo sexual y el dinero es lo único que les importa. No sienten curiosidad sobre qué hay más allá de sus propias burbujas y si se les habla de la manipulación de parte del sistema se ríen o te ignoran. No es que sean ignorantes, pero no pueden pensar o entender con su limitada visión.
Viven sin análisis profundos con una especie de aberración y miedo a la independencia; a lo que tenga que ver con compromiso propio, como si la realidad no las afectara en lo más mínimo. Si el gobierno impone restricciones absurdas ellos lo aceptan sin problemas, si los medios de comunicación promueven una narrativa falsa o si aparece en televisión algún comercial publicitario lo adoptan como una verdad absoluta; no les interesa investigar más. Este tipo se seres es el más conveniente al sistema actual.
Existe también la otra especie; los menos controlables que vendrían a ser los del 25 por ciento. Son los analíticos, los despiertos de conciencia, los que se rebelan y a estos son los que también desaparece el mismo Sistema pues les incomodan. De aquí han salido grandes líderes, filósofos, inventores, científicos y pensadores libres.
Seres comprometidos con sus propios valores; para ellos es necesario profundizar en cosas que a la mayoría no les importa; no por descuido sino porque no hay esa capacidad de entenderlos, ya que no hay un alma y no pueden encontrar algo que ni siquiera notan que existe.
Mientras que aquellos encuentran un motivo que los hace querer despertar todos los días para continuar; tienen un enfoque en pequeñas mejoras diarias, disciplina y constancia; con buena energía para comer saludable, para ejercitarse y mantener el control de las pasiones, incluyendo lo sexual. Mantienen la curiosidad de aprender cosas nuevas y aplicarlas; la seguridad de hacer lo correcto sin miedo a las reacciones de los demás, llegando a una paz interna de aceptar la imperfección y seguir actuando, porque actuar es mejor que esperar la perfección.
No se tiene miedo a la muerte porque se acepta como un proceso de la misma vida, se disfruta de todo, no porque sea bueno, sino por el placer de vivir esta experiencia.
Gushsan
Investigador de diversos temas, polímata y artífice holístico.
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Gushsan es un lector que gusta reflexionar sobre diversos aspectos de la vida y que nos envía sus colaboraciones.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.