TIJUANA BC 6 DE ABRIL DE 2025.- Nuestra realidad es que vivimos aquí y ahora. Nuestra salud mental es necesaria para vivir estables y poder hacer lo que tengamos que hacer satisfactoriamente y en forma independiente de las circunstancias. Significa que todo está en una constante evolución y nosotros no somos la excepción; todo es cambiante y así sucede también con la salud.
Todo tiene una fuente; un inicio. La salud parte de nuestro pensamiento, significa que podemos construirlo y provocar cambios para nuestra mejor conveniencia y con ello lograr una mejor salud física. Este cuerpo es lo único que realmente tenemos y nos acompañará hasta el final de esta etapa llamada vida. Hoy cuídalo, protégelo, invierte en él, para que esté mejor.
Todas las enfermedades son curables, pero no todos los pacientes pueden sanar y eso se debe a su pensamiento. Dios nos dio la vida al nacer, pero no fue para estar enfermos, la boquita, las manitas y las decisiones que tomamos gracias a nuestro pensamiento y que generan consecuencias no son cosa de Dios.
Es como si nos hubiera dado un auto, pero el mantenimiento y la gasolina o las modificaciones, incluso el cómo manejarlo depende de nosotros; el auto es nuestro cuerpo. La salud mental debería de ser una prioridad mundial, sin embargo, lo ideal es que cada quien cuide de su propia salud.
La medicina actual atiende solo los síntomas y en base a eso diagnostica guiándose a través de las dolencias del paciente; a partir de lo tangible o material, sin embargo, muchas de las enfermedades parten de algo intangible como es el pensamiento y las emociones.
Las emociones mal encauzadas provocan un estancamiento energético y de ahí se derivan varias de las enfermedades como la ansiedad, pánico, depresión, esquizofrenia y a su vez generan reacciones en nuestro cuerpo, dando como resultado: gastritis, reflujo gastrointestinal, úlceras, diabetes, obesidad, cáncer etc., etc.
Todas estas enfermedades parten del pensamiento, así que lo óptimo es comprender y aceptar la realidad en la que nos encontramos para después hacer algunas modificaciones a nuestro favor. Podemos cambiar nuestra manera de ver las cosas, siempre y cuando estemos dispuestos a trabajar con nueva información para mejorar aplicándola. No será fácil definitivamente, pero es necesario si de verdad buscamos una salud mental óptima.
Todos vivimos diferentes etapas a lo largo de nuestra vida y no es bueno compararnos con lo que hacíamos en otros tiempos. Hay que comprender que somos hoy diferentes y que tenemos un cúmulo de experiencias y conocimientos que nos teníamos; reconocer que hoy vivimos la mejor versión de nosotros mismos.
Quizás con los años haya desgaste físico y no podamos hacer algunas cosas como antes, sin embargo, hoy nuestro intelecto es mejor. Ahora utilicemos más nuestro conocimiento que nuestra fuerza física. Levantarnos temprano a hacer ejercicio, comer sano, dormir bien, mantenernos ocupados en lo que nos emociona, leer cosas interesantes, dejar de consumir tanta información amarillista, chatarra, comida procesada y disfrutar más de la naturaleza.
Cambiar de hábitos a todos nos cuesta, pero es más fácil si nos enamoramos de los beneficios que nos aportan. Es preferible que te cueste trabajo comer sanamente para estar bien, que llegar a un punto en el que estés en un hospital internado, y sea necesario alimentarte a través de una sonda.
Es mejor levantarte temprano y hacer ejercicio, a que estés dependiendo de medicamento para controlar tus malestares de por vida. Si observas mejor los beneficios que generan estos cambios, verás que valdrá la pena y harás con placer lo que antes te costaba trabajo.
Valora y dale un sentido más importante a tu esfuerzo diario; si algo no te gusta y sigues haciendo lo mismo, no esperes resultados diferentes. Hay que ser responsables y aceptar que nuestro pensamiento no depende de Dios. No en la forma en que las religiones nos han adoctrinado diciéndonos que todo es la voluntad de Dios porque nos es cierto. La fe y las creencias solo son ganas y buenos deseos, no es una afirmación certera. Lo que verdaderamente genera cambios son las acciones constantes.
Yo puedo tener mucha fe en que mi salud física será cada vez mejor, y que seré más inteligente, pero si no hago nada para generarlo y solo estoy sentado en un sofá viendo televisión y comiendo cosas no saludables, no sucederá. Aunque diga que tengo mucha fe, aunque rece todos los días para no estar en sobrepeso, sin acción no ocurrirá.
Es mentira que se vive para servir. Se vive para ser feliz y si compartir te hace feliz eso es diferente, pero piensa: si eres feliz, eso es lo que compartirás, El sistema nos dice que la clave de la felicidad es ser exitoso y nos desvivimos por serlo, en ocasiones olvidando hasta nuestras emociones, cuando la verdad es que la felicidad es la clave del éxito; si amas y tus acciones te emocionan y te da paz interior tendrás éxito.
Si no estás bien anímicamente ¿Cómo vas a ayudar a otros si no eres capaz de sentirte bien tú? Nadie puede dar lo que no tiene; si estás bien podrás compartir cosas buenas con los demás. Utilicemos nuestra conciencia y hagamos lo que tenemos que hacer. No pongamos pretextos o excusas diciendo que no sabemos qué hacer; mejor digamos que no estamos dispuestos a hacerlo, pero no echarle la culpa al destino o a Dios.
Tu salud mental está en tus manos y puedes buscar ayuda profesional si crees que tú solo nos puedes; pero si transformas tu pensamiento, te mantienes ocupado, haces ejercicio, comes nutritivo y duermes bien, no dependerás de nada ni de nadie para que estés en óptima condición, emocionalmente, y estarás feliz de hacerlo lo que quieras. Nunca dejes de hacer algo por miedo a lo que digan los demás. Que te valga “madre” lo que digan y piensen; se tú y haz lo que quieras sin dañar a los demás. Esa sí es la clave para la felicidad. Disfruta lo que hagas; siéntete orgulloso y empoderado con tu paz interior. Ese es el verdadero éxito.
Gushsan
Investigador de diversos temas, polímata y artífice holístico.
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Gushsan es un lector que gusta reflexionar sobre diversos aspectos de la vida y que nos envía sus colaboraciones.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.