Por: Esteban Capella Ibarra*
REFLEXIÓN DEL DÍA
TIJUANA BC 19 DE DICIEMBRE DE 2024 .- Jacobo Grinberg Zylberbaum, un visionario mexicano, dedicó su vida al estudio de la conciencia humana, una de las áreas más enigmáticas y fascinantes de la ciencia. Psicólogo, neurofisiólogo y estudioso de las tradiciones chamánicas, Grinberg es reconocido por su Teoría de la Lattice, un concepto revolucionario que busca explicar cómo nuestra percepción y conciencia moldean la realidad. Según esta teoría, la realidad que percibimos no es objetiva ni independiente, sino una construcción activa que se origina en la interacción de la conciencia individual y colectiva.
La Lattice, en términos simples, es una red de energía que conecta todo lo que existe. Para Grinberg, esta red no solo está formada por conexiones físicas o neuronales, sino también por las proyecciones mentales de cada individuo. En esencia, nuestras percepciones, creencias y emociones son capaces de influir en la realidad que vivimos. La idea es fascinante: nuestra mente no solo interpreta el mundo, sino que lo crea.
Cuando llevamos esta teoría al plano social, los hallazgos de Grinberg adquieren una relevancia crucial. Si nuestras mentes están interconectadas y nuestras creencias colectivas moldean el entorno, ¿qué sucede cuando el pensamiento colectivo está dominado por el miedo, la violencia y la desesperanza? México ofrece un claro ejemplo de esto.
En los últimos 20 años, nuestro país ha experimentado un deterioro alarmante en valores, seguridad y bienestar. Los índices de homicidios han alcanzado cifras históricas, superando los 30,000 asesinatos anuales en varios años recientes. La inseguridad no solo cobra vidas, sino que también erosiona la confianza en las instituciones y entre los ciudadanos.
En salud, el panorama no es mejor. Los sistemas de salud pública enfrentan crisis recurrentes de recursos, medicamentos e infraestructura. La educación, por su parte, muestra rezagos graves; México ocupa los últimos lugares en evaluaciones internacionales como el PISA, lo que refleja la falta de inversión en una de las áreas más esenciales para el desarrollo social.
La teoría de Grinberg nos invita a reflexionar sobre cómo el pensamiento colectivo influye en estos problemas. Una sociedad que constantemente proyecta miedo, violencia y desesperanza está atrapada en un ciclo destructivo. Las noticias diarias, llenas de tragedias, refuerzan esta narrativa, haciendo que las personas vean la inseguridad como inevitable y la corrupción como norma.
Esto nos lleva a una pregunta esencial: ¿qué pasaría si cambiáramos nuestras creencias colectivas? Si, en lugar de reforzar narrativas negativas, cultiváramos pensamientos de esperanza, colaboración y soluciones, ¿podríamos transformar nuestro entorno?
El trabajo de Jacobo Grinberg nos recuerda que la transformación empieza desde adentro. Cambiar la manera en que pensamos y percibimos no es una tarea sencilla, pero es posible. Requiere voluntad colectiva, educación emocional y un esfuerzo consciente por enfocar nuestras energías en construir, en lugar de destruir.
Debemos comenzar por reflexionar sobre nuestras propias creencias y cómo estas contribuyen al entorno que nos rodea. ¿Qué estamos proyectando hacia los demás? ¿Qué tipo de país queremos co-crear con nuestros pensamientos y acciones?
Grinberg nos dejó un legado de profunda sabiduría: somos co-creadores de nuestra realidad. Si continuamos alimentando narrativas negativas, perpetuaremos la descomposición social. Pero si decidimos cambiar nuestro enfoque, podemos empezar a sanar como individuos y como sociedad.
Hoy más que nunca, México necesita este cambio de conciencia. Es momento de romper con los ciclos de miedo y desesperanza y comenzar a proyectar un futuro de paz, bienestar y equidad. No es solo una cuestión de pensamiento positivo; es una cuestión de supervivencia colectiva.
El legado de Jacobo Grinberg nos invita a cuestionar, reflexionar y actuar. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a aceptar el reto?
El autor es egresado de la Licenciatura en Administración, Derecho, actualmente cursa la Licenciatura en Psicología y es Presidente de Profesionistas Unidos por Baja California A.C.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor