Palco de Prensa
Por : Gilberto LAVENANT
En la carrera hacia la gubernatura del Estado, que estará en juego en los comicios del 2013, los aspirantes han estado tratando de establecer pactos y alianzas de todo tipo. No obstante que nadie la tiene segura, como diría alguien por ahí, los aspirantes andan desesperados, para ver quien puede “juntar más canicas”.
Esto ocurre en todos los partidos políticos, pero principalmente en el PAN y el PRI. La “chiquillada”, difícilmente podría aspirar a alcanzar regidurías o alguna diputación. La gubernatura, definitivamente, estará en disputa entre panistas y priístas.
Y aunque faltan varios meses para que cada partido defina la postulación de sus respectivos candidatos, todos los aspirantes andan recorriendo la entidad, tratando de establecer pactos y alianzas, con individuos, organizaciones políticas y partidos.
Los panistas la tienen un tanto difícil, pues son siete los pretensos. Eran ocho, pero “voluntariamente” se bajó Jorge Ramos, sabiendo que los priístas están preparando la “artillería” para enjuiciarlo políticamente, por lo de la retención de las cuotas de los trabajadores del gobierno municipal de Tijuana, correspondientes al ISSSTECALI.
Los aún sobrevivientes, del partido blanquiazul, ven con recelo la encuesta sobre preferencias electorales que se realiza este fin de semana y que ha sido motivo de escándalo, por haber sido ordenada desde la oficina del Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, con todo y que prometió que no metería las manos, ni daría “línea”.
El exalcalde Héctor Osuna Jaime había advertido desconfianza respecto a dicha encuesta, amenazando con participar en la interna, aunque los resultados le sean adversos. Ahora que trascendió que un colaborador de Osuna Millán, dió las instrucciones al respecto, y que por lo tanto se presume que será amañada, por aquello de que “el que paga manda”, la desconfianza ha crecido enormemente.
No obstante, cada quien hace citas, celebra reuniones, ofrece, promete. Algunos audaces se atreven a hacer pronunciamientos públicos. Se trata de impresionar o amagar a los rivales. Los hay que van a todos. Acuden a cuanto evento de carácter político se organiza. Pero en todos los casos, cuidan de que no trascienda que estuvieron presentes. Puede ocurrirles que establezcan compromisos con quien no será el elegido y entonces sería el fin de sus carreras políticas.
La próxima semana, cuando se tengan los resultados de la encuesta osunista, en base a la cual se pretende eliminar a unos 5 de los aspirantes, se podrá constatar de qué tamaño será el conflicto al interior del PAN, en este proceso de selección de sus precandidatos. Se sigue insistiendo en que solamente quedarán Francisco Vega de la Madrid, Héctor Osuna Jaime y Oscar Vega Marin.
Aunque los aspirantes priístas a la gubernatura estatal, son menos numerosos que los panistas, las cosas no están menos sencillas. En principio sólo hay dos fuertes aspirantes, que son Jorge Hank y Fernando Castro Trenti. Los otros, entre ellos los alcaldes Carlos Bustamante, Francisco Pérez Tejada o incluso Enrique Pelayo Torres, son simple relleno o meros distractores.
Los hankistas y los castrotrentistas, se identifican con cierta facilidad. Ambos bandos son priístas, pero como dicen “juntos, pero no revueltos”. Se puede decir que cuando alguien de un bando, asiste a un evento del otro, no es que vaya a dar el “chaquetazo”, sino más bien anda en labor de espionaje. Se dice que las diferencias son irreconciliables. Que incluso ya hubo intentos, pero nada más no.
De los dos, definitivamente, Castro Trenti lleva ventaja, pues además de que tiene bajo su control las estructuras partidistas, al igual que la mayoría legislativa, el cargo de Senador, primero, y ahora el de diputado federal, le ha permitido hacer “amarres”, al grado de que hasta el Partido del Trabajo ya le “juró amor eterno”. Prometieron que irán en alianza con el PRI, sólo si Fernando es el candidato a la gubernatura.
Lo que también es cierto, es que la decisión de este dilema, la tendrá el Presidente electo, Enrique Peña Nieto, pero lo hará hasta después de que tome posesión. Luego del 1 de diciembre y quizás hasta el mes de enero del 2012. Por el momento, nadie puede presumir que ya trae la candidatura en la bolsa.
Las cosas están tan delicadas en el PRI, que todavía siguen pensando que podría haber un tercero en discordia. El problema es que al perder la Presidencia de la República ante el foxismo, en el 2000, también perdieron el rumbo y se olvidaron de formar cuadros. Así le dicen cuando dejan de formar nuevos dirigentes o fortalecer a los existentes.
El único más viable, para entrar de emergente, lo es Humberto Lepe Lepe, con cierta ventaja por ser Delegado del CEN del PRI en el Estado de México, pero en desventaja por ser casi un extraño en su propia tierra, la que abandonó hace muchos años, precisamente porque luego del fracaso del priísmo ante la ruffomanía, el oficio de político, dejó de ser atractivo para los tricolores de esta entidad.
Y ahí anda Lepe Lepe, “mexiquense” por adopción. Tratando de pescar en mares bajacalifornianos infestados de tiburones de su propio partido, pero que en su mayoría le son ajenos. Su única opción son los viejos priístas, a los que conoció cuando fue dirigente partidista. Muchos de los cuales no están “ni con melón, ni con sandía”.
No obstante, aprovecha cualquier oportunidad. Sabe que debe estar listo, que le puede “caer del cielo” la oportunidad de ser candidato del PRI a la gubernatura y no puede llegar con las manos vacias.
Esta semana, asistió a una “reunión de amigos”, convocada por Mercedes Zavala Alvarez, hermano de Eucario y Teófilo. Hubo recuerdos de viejas luchas y se establecieron compromisos. Quien sea el candidato del magisterio, será el Gobernador, se dijo.
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