Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT
Este lunes, a partir de las 11:00 de la mañana, en el Teatro del Estado, en Mexicali, se llevará a cabo evento relativo al quinto informe del gobernador José Guadalupe Osuna Millán. Se trata del tradicional “besamanos”, pues el acto protocolario y legal consistirá en que a temprana hora el Secretario General del Gobierno, entregará en la Legislatura Estatal la documentación relativa al informe en mención.
Sin duda alguna, habrá muchos invitados al evento político, aunque seguramente menos que en los cuatro anteriores. Incluso, quienes asistan, además de aquellos que lo harán por mero formulismo oficial, lo harán por interés propio de lucimiento. Estando en la antesala de los “destapes” de candidaturas para los comicios del 2013, nadie desaprovechará la ocasión de lucimiento y de mostrar su “raiting” con el llamado “aplausómetro”.
La mayoría no van, para tratar de quedar bien con el Gobernador. La administración de Osuna Millán está en el ocaso, ya es poco el tiempo que le queda como Gobernador. Mucho menos de lo que marca la ley, por aquello de que en cuanto surjan los nombres de los candidatos a sucederlo, los tratos, convenios y pactos, se harán con quien probablemente llegue a gobernar la entidad durante los próximos seis años. El que se va, que se vaya y que le vaya bien. Como dicen, muerto el rey, ¡viva el rey!
Por ahí estarán cientos de personas, que no fueron invitadas, lógicamente, pero sí convocadas. Los dirigentes y miembros de la burocracia estatal, que irán a hacerle patente su reclamo a Osuna Millán, por no acceder a peticiones de incremento salarial, pero además, para reprocharle las medidas de presión adoptadas, como el ordenar la cancelación de comisionados sindicales, a cuenta de la nómina oficial.
La presencia y acceso al evento, resultará difícil e incómoda, pero muchos acudirán para no perderse la oportunidad de ver los apuros que pasará “lupillo”, en este evento de corte priísta, usualmente conocido como “besamanos”, pues al término del mismo, se acostumbra que hagan largas colas para saludar de mano al jefe del ejecutivo. Y algunos quizás hasta besarle la mano, cual si fuese alto jerarca ecleciástico.
Obviamente, Osuna Millán informará solamente de aquellos aspectos que le resulten favorables. Seguramente omitirá hacer referencia a las fricciones que ha tenido con los priístas integrantes del poder legislativo. Como las labores de espionaje telefónico, por ejemplo. Los difíciles momentos de desencuentros entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, a partir de que el panismo dejó de ostentar la mayoría legislativa.
Quizás trate de pasar por alto, las pésimas condiciones de la economía de la entidad. El desempleo, el descenso en la inversión extranjera, el desaliento empresarial que se refleja en cientos de locales comerciales vacíos. Los letreros de “se renta”, son prueba contundente de que las cosas no andan bien.
En especial, seguramente evitará hacer mención de las deficiencias en materia de procuración de justicia. El índice de criminalidad persiste, pero de manera sumamente preocupante en la zona costa. Los delitos, tanto de alto como de bajo impacto, siguen angustiando a los bajacalifornianos, y el que sea en menor grado que en otras entidades, no es consuelo para nadie.
Pero, hay otro informe, al margen del legal y protocolario, que es el político, que tendrá que rendir a su partido blanquiazul, mediante el que deberá explicar, y tratar de justificar, cuál es la razón, o las causas, por las que es casi inminente que entregará la gubernatura estatal a los priístas en el 2013.
Cuál es la razón, o las causas, por las que el panismo sufrió una severa derrota en el 2010, al perder todas las alcaldías de los cinco municipos de la entidad y la mayoría en el Congreso del Estado.
Cuál es la razón, o las causas, por las que el panismo volvió a sufrir una nueva derrota electoral en los comicios del pasado 1 de julio, al perder 7 de las 8 diputaciones federales, que los panistas habían venido ostentando, aunque no ejerciendo, en Baja California.
Sobre todo, qué pretende hacer, para que tales derrotas no se repitan en el 2013, cuando su administración ya no tenga la fuerza suficiente, ni los recursos –vía nómina y programas de asistencia social- para inducir a los bajacalifornianos a votar por los candidatos panistas.
A partir del 1 de diciembre próximo, dentro de un par de meses, Felipe Calderón ya no será Presidente de México. Su lugar lo ocupará el priísta Enrique Peña Nieto. José Guadalupe Osuna Millán, ya no podrá presumir de apoyos o influencias federales, aunque también ya no tendrá que lamentar y solapar las medidas centralistas del calderonismo, que tanto dañaron a la economía de Baja California.
Hay quienes observan a Osuna Millán, durante los próximos doce meses, como un Gobernador solitario, recorriendo un camino sumamente empedrado, en el que los tropezones pueden presentarse y repetirse en cualquier momento.
Cuando el priísmo tenga en sus manos los programas sociales y de inversión federal, con alcaldes priístas y legisladores priístas, en pleno proceso electoral, será solamente un invitado más a los eventos oficiales y probablemente en muchas ocasiones olvidarán u omitirán invitarlo. Su presencia será sumamente incómoda.
En estos próximos doce meses, tendrá que hacer “de tripas corazón”, guardar la acostumbrada soberbia y hacer gala de humildad. Ya no podrá imponerse o marcar línea. Tendrá que recurrir a los consensos, al diálogo. Recordar sus antiguos orígenes priístas y salir lo mejor librado que le sea posible.
A partir de hoy, empieza su declive. Es frustrante, para un político, haber tenido en sus manos el poder, y no poder retenerlo más tiempo. Ver que se le desvanece en las manos.
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