Procesos Políticos
Apenas ayer el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) desechó la impugnación del Movimiento Progresista que pretendía invalidar la elección para Presidente de la República. El fallo fue contundente, ya que por unanimidad los siete magistrados se pronunciaron en contra de las pruebas presentadas por las izquierdas.
Ocho eran los agravios que el Movimiento Progresista había presentado ante el TEPJF: 1. Adquisición encubierta de tiempo en medios de comunicación; 2. Uso indebido de encuestas que indujeron el sentido del voto; 3. Financiamiento prohibido y paralelo; 4. Entrega de tarjetas Soriana; 5. Gastos excesivos en campaña electoral y publicidad; 6. Intervención de funcionarios públicos en el proceso electoral; 7. Irregularidades en la jornada electoral y 8. Irregularidades en cómputos distritales.
Este es sólo uno de muchos casos en el cual la ley es ampliamente rebasada por la realidad político-social, en donde la ciudadanía queda excluida de los procesos y es orillada a jugar el simple papel de espectadora ante los hechos. En este sentido, miles de mexicanos fueron testigos y objeto de la compra de votos, de la publicidad disfrazada de entrevistas, de la inequidad y parcialidad en la cobertura informativa, del acarreo masivo de electores, de los números inflados que presentaban las encuestas y de otra serie de prácticas ilícitas que no nos son ajenas cuando se presentan procesos electorales en todos los órdenes de gobierno, en mayor o menor medida.
Al parecer la sociedad mexicana está condenada a vivir en una especie de “democracia condicionada”, en donde los procesos y procedimientos electorales se replican de manera correcta y salen casi a la perfección, incluso, sirven de modelo para países que buscan transitar a la democracia (véase el caso Irak-IFE), convirtiéndonos en algo así como “exportadores” en lo que respecta a la organización de elecciones. Sin embargo y, paradójicamente, México también se distingue por contar con la gran ausencia de la llamada “democracia sustancial”, generando así una serie de desequilibrios entre las diferentes fuerzas políticas, las instituciones del Estado y la ciudadanía.
Me parece necesario apuntar que las izquierdas carecieron de contundencia a la hora de presentar las pruebas que buscaban invalidar la elección, premisa fundamental del derecho y posibilidad contemplada en el marco legal mexicano. Sin embargo, es importante destacar que no es posible que hasta la fecha el organismo encargado de atender los delitos electorales, es decir, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), sea prácticamente un “elefante blanco”, rebasado, y siga dependiendo de la de la Procuraduría General de la República (PGR), y ésta a su vez, del Gobierno Federal, cuestión que, de origen, no da certeza e imparcialidad en la persecución del delito.
Sin embargo, mi crítica ante lo sucedido en el proceso electoral federal 2011-2012 busca ir más allá de colores partidistas y apasionamientos políticos. El verdadero y preocupante problema de México es que las instituciones que sostienen la democracia cada vez son más débiles y anacrónicas, y sin lugar a dudas, esto es responsabilidad de los políticos, sin distinción de partidos. El descontento social es alarmante en un país que se suponía que hace doce años había dado el salto hacia otro régimen de gobierno.
En fin, me parece que el camino más viable para enderezar el rumbo de este País será desde el Congreso. Es urgente blindar las elecciones para que no vuelva a ocurrir lo que sucedió en este proceso electoral, y sobre todo, anticipar posibles escenarios que degeneren, aún más, nuestra democracia a la hora de que se presenten elecciones, buscando así reformas político-electorales de mayor alcance y duración, es decir, buscar que la realidad no rebase a la legislación vigente. La tarea no es sencilla, pero la oposición tendrá una buena oportunidad para promover este tipo de reformas.
Abel Muñoz Pedraza es licenciado en Relaciones Internacionales por la UABC, maestro en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos por la UAM. Actualmente estudia el doctorado en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos en la misma institución. Correo electrónico: [email protected]Twitter: @abelmunozpedraz