TIJUANA BC 21 DE AGOSTO DE 2015 (IMAC).- La danza azteca ha significado en las últimas décadas un nicho de identidad colectiva y factor de creación de comunidad entre aquellos que a pesar de compartir una ascendencia mexicana no se percibían como parte de un mismo grupo, sino hasta su adscripción a la tradición de la danza, aseguró la doctora Olga Olivas, maestra en Estudios Socioculturales en la Universidad Autónoma de Baja California y el Colegio de la Frontera Norte.
La académica fue la conferencista de la semana en el Archivo Histórico de Tijuana del Instituto Municipal de Arte y Cultura con el tema “Danzar la Frontera, Identidad etnocultural y territorialización de los danzantes aztecas en Las Californias”.
Al exponer los resultados de la investigación realizada por ella, dijo que el estudio analizó comparativamente tres grupos de danzantes establecidos en Tijuana, San Diego y Los Ángeles, con el propósito de problematizar cómo inciden las formaciones nacionales de alteridad tanto en la configuración identitaria de los participantes como en las formas en que significan el territorio fronterizo desde los marcos del sentido de la tradición.
Agregó que pertenecer a estos grupos de danza, delinea una forma de identidad etnocultural, anclada en la identificación con lo autóctono desde la cual se resignifica del mito del mestizaje en el cuál se sustenta la nación mexicana y lo cuál a su vez incide en la significación del territorio nacional.
La doctora Olivas expuso durante una hora la forma como durante meses estudió a estos tres grupos que practican la danza azteca y como la investigación arrojó los resultados ya comentados.
Esto en particular de la región fronteriza, México-Estados Unidos, agregó la especialista, lo que se traduce en la reelaboración de esta región como parte de una misma nación.
Olivas ha realizado investigaciones en los temas de etnicidad, religión corporalidad y frontera.