OAXACA OAXACA 4 de diciembre de 2011 (AFN).- ¿Qué sensación tiene usted cuando percibe el inconfundible olor de una deliciosa carne asada?
Ahora imagine estar en un largo pasillo con una gran cantidad de puestos a ambos lados, donde se repiten los asadores de diferentes tamaños, todos encendidos, con buena lumbre y en éstos, preparándose la tradicional carne asada, con diversas fórmulas, pero todas exquisitas.
Estamos en el Mercado Central o Mercado Juárez de la ciudad de Oaxaca, en el estado del mismo nombre.
El calor es intenso y una densa nube de humo se esparce por todo el ambiente pero eso se olvida rápidamente cuando uno observa a los “marchantes” con sus respectivos mandiles, asando la carne.
En el Mercado Juárez, toda una sección está dedicada para esto. Se denomina simple y sencillamente “Las Carnes Asadas” y ahí usted puede elegir su propio corte a comer, lo cual no resulta muy sencillo por la enorme oferta que encuentra.
Por todos lados usted ve expuesta los rojos trozos de carne, pero no sólo eso, sino también chorizo y salchichas, cuyos olores hacen aún más atractiva la visita a este lugar, que es uno de los sitios a recorrer cuando usted llega a Oaxaca, ciudad colonial de antiquísima historia.
El mercado mencionado está en la calle 20 de Noviembre pero tiene entradas por las calles de Las Casas, Aldama y Miguel Cabrera. Aloja a una gran cantidad de vendedores que le ofrecen desde artesanías propias de la región, hasta joyería, textiles, machetes, frutas, verduras y productos del mar.
De igual forma pueden encontrar el queso y el quesillo (que es tipo asadero), así como cestas elaboradas por los propios indígenas, faldas y huipiles bordados, flores, nieves y los multicolores y famosos alebrijes.
Pero volviendo a las carnes asadas, en ese sitio, tras escoger el lugar de su preferencia, le preparan su platillo y le ofrecen los condimentos que son: salsas, aguacate y tortillas. Sin embargo para los paladares más exigentes había “moronga” y para los exóticos, los tradicionales chapulines fritos.
En Oaxaca hay otros mercados dignos de visitar, sobre todo para aquellos que les gusta estar “chachareando”, sin embargo otro que el paseante no debe dejar de ver es el que se instala cada domingo en Tlacolula, un poblado al que “bajan” los residentes de las comunidades aledañas a la ciudad, para vender de manera directa lo que cultivan o fabrican, por lo que puede encontrar precios más atractivos.
La ciudad cuyo nombre oficial es Oaxaca de Juárez en honor al ex presidente mexicano Benito Juárez, fue fundada en 1486 y en 1532 recibió el título de “Muy Noble y Leal Ciudad” por cédula real del rey Carlos I de España.
En Oaxaca, dicen algunos de sus moradores, los pobladores –pese a la pobreza imperante y difíciles condiciones de vida- son altamente politizados y han buscado en diferentes partidos la opción que les pueda resolver sus problemas. Sus gentes, según ellos mismos dicen: “son muy serviciales pero no dejados” y por alguna discusión pueden salir a relucir los machetes, pero esto realmente no se ve cuando uno recorre sus calles, siempre tranquilas y con poca vida social.
Los lugares “de moda” son de hecho cafés culturales o espacios para los jóvenes, ya que los adultos sólo tienen como opción el cenar o tomar un café o una copa en los restaurantes de “Los Portales” en el Zócalo de la ciudad.
Sin embargo para el turista hay muchas opciones, desde los mercados populares, hasta sitios ceremoniales como Mitla y Monte Albán; Tule, donde se encuentra un árbol varias veces milenario y otros sitios que ya iremos comentando con ustedes en nuestras siguientes “entregas”.
Por ahora les podremos referir que en Oaxaca no encontrará la sofisticada comida internacional que se disfruta en Tijuana o en San Diego pero la típica es muy variada y rica, con ingredientes que vienen desde la cocina indígena y que han pasado de generación en generación.
Quienes han visitado Oaxaca les hablarán, no solamente del famoso mole y del chocolate sino también de un platillo muy propio llamado: Tlayuda. De hecho ésta consiste en una enorme tortilla casi tostada (como si fuera pizza) de poco más de 40 centímetros de diámetro, a la que se le ponen frijoles, queso y cualquier otro guisado que usted desee.
Por lo que se refiere al Mercado de Tlacolula, éste desemboca en la Iglesia del Pueblo, dedicada a Santo Domingo y en un parque tranquilo y ordenado, donde el paseante puede conseguir señal gratis de Internet.
Tlacolula, donde se instala el mercado es famoso por su barbacoa de borrego que satisface a los paladares más exigentes. Pero además encuentra todo tipo de alimentos, preparados y frescos; café, semillas, flores, artesanías, licores, cremas de licor, mezcal y todo aquello que con finura elaboran las manos indígenas.
Usted puede regatear con los vendedores quienes mientras esperan al cliente, pasan buen rato en sus puestos elaborando otros productos para vender más tarde.
Tlacolula queda a poco más de media hora de la ciudad capital y ahí encontrará a centenares de vendedores invitándolo a comprar: tasajo, cecina, chorizos y alimentos que posiblemente usted no conocerá pero que le hará la visita muy agradable.
Y ahora a prepararnos para la siguiente semana cuando hablaremos de Tule, Mitla y otros sitios atractivos que le invitarán a visitar Oaxaca.
NdR.- Las fotos del Mercado Central de Oaxaca, incluidas las de las "Carnes Asadas" fueron tomadas de un video al respecto que fue "subido" a Youtube por un visitante