MÉXICO 7 SEPTIEMBRE 2017 (SIU).- En fechas recientes y, en cumplimiento con el mandato Constitucional, se presentó el Quinto Informe de Gobierno, en el cual se registraron importantes avances en materia de conectividad y telecomunicaciones: incremento del Producto Interno Bruto del sector, disminución del índice de precios de los servicios, y una mayor adopción.
Entre el conjunto de datos, destaca el caso de la Banda Ancha Móvil (BAM) por su importante correlación con los niveles de desarrollo en el país.¹ Al respecto, se señaló que 63 de cada 100 mexicanos contaba con una suscripción a BAM al cierre del primer trimestre de 2017, mientras que al cierre de 2012, el indicador era 21 de cada 100.
Conviene observar dicha métrica de conectividad bajo la lupa de la brecha digital y en perspectiva internacional ya que, de esta forma, se reconocerá si el avance ha sido suficiente y si es necesario atender a los grupos con mayores vulnerabilidades socioeconómicas.
De acuerdo con información de The Competitive Intelligence Unit (The CIU), en el primer trimestre de 2017, 95 de cada 100 mexicanos ubicados en el NSE denominado A/B cuentan con BAM. Las personas ubicadas en este nivel cubren todas sus necesidades materiales e incluso poseen recursos que pueden destinar a ahorro e inversión.
Por el contrario, en el NSE D+/D/E, donde las personas tienen dificultades para contar con satisfactores, en el mejor de los casos se tienen una propiedad, y la cobertura de infraestructura de alcantarillado y agua potable es insuficiente, sólo se registraron 40 suscripciones por cada 100.
Penetración de Banda Ancha Móvil por Nivel Socioeconómico
(Porcentaje de la población, %)
Fuente: The Social Intelligence Unit con información de The CIU
Esta brecha equivalente a 54 puntos porcentuales muestra que si bien el avance es considerable en términos absolutos, la condición socioeconómica sigue siendo un factor determinante para definir la amplitud en la brecha de adopción de BAM.
De superarse este rezago en los niveles socioeconómicos se potenciaría no sólo el derecho mismo de acceso conectividad, sino los derechos a la información, libre expresión y a la educación, asimismo se estaría apuntalando a un mayor desarrollo económico.
Por otro lado, al comparar el estado de la adopción de BAM en México con el de otros países, es posible verificar que la expansión del indicador no ha sido suficiente para equipararse con los niveles de los países desarrollados.
A finales de 2016, en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se registraron 99 suscripciones a BAM por cada 100 personas. En contraste, esta métrica para México equivalió a 61 suscripciones por cada 100, ubicando al país en el lugar 33 entre los países de dicha agrupación.
Suscripciones a BAM por cada 100 habitantes en países de la OCDE, 2016
Fuente: The Social Intelligence Unit con información de la OCDE a diciembre de 2016
*Colombia no es un país miembro de la OCDE. Se encuentra en proceso de adhesión
México se encontró a 91.4 puntos porcentuales (pp) de Japón, 85.6 pp de Finlandia y 67.9 pp de Australia, quienes encabezan el ranking y sólo superó a Grecia 52.9% y Hungría, que registraron penetraciones de BAM de 52.9% y 42.8% respectivamente.
A finales de 2014, de acuerdo con la OCDE, México se encontraba en el antepenúltimo lugar de este mismo ranking. Esto sugiere que aunque el país avanza hacia una mayor adopción de internet móvil, no se hace a velocidades que permitan cerrar la brecha con los países más desarrollados.
Los datos presentados en el Quinto Informe de Gobierno mostraron un importante crecimiento en relación con la penetración de BAM. Sin embargo, resulta trascendental contextualizarlas ya que, al hacerlo, se puede observar que el país sigue sin superar los últimos lugares de la tabla en relación con las economías más desarrolladas y la brecha digital en su adopción resulta un impedimento para garantizar el derecho a la conectividad reconocido por la Carta Magna.