Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se consolidan como un eslabón importante en diferentes dimensiones de la realidad social y económica de México.
Su uso contribuye a hacer más eficientes los procesos productivos, creativos y de prestación de servicios; mejoran los alcances y funcionamiento de los medios de pago; garantizan la satisfacción de derechos como los de libre expresión y acceso a la información; pero, sobre todo, son una herramienta indispensable para el desarrollo de habilidades y mejora de los procesos educativos.
Los más recientes resultados del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes 2015 (PISA por sus siglas en inglés)1 destacan el rol de las TIC como habilitador de acceso al conocimiento, a la información y a la educación.
Las pruebas de PISA desarrolladas por la OCDE evalúan el conocimiento y habilidades de los estudiantes de 15 años en tres áreas: lectura, matemáticas y ciencias. De manera consistente en cada área, México obtuvo una calificación por debajo del promedio de los países que integran la OCDE y se ha mantenido prácticamente en los mismos niveles desde la edición de 2006.
En el caso particular de las ciencias, temática central en PISA 2015, México alcanzó un nivel de 416 puntos, frente al máximo de 556 obtenido por Singapur y tan sólo 1.5% mayor que en PISA 20062 , ubicando al país en un nivel similar al de Colombia (416) y por debajo de Costa Rica (420) y Chile (447).
De acuerdo con The Social Intelligence Unit, think tank especializado en la medición del impacto social de las TIC, resulta relevante considerar la participación de las TIC en el aprendizaje científico a la luz del Informe de PISA 2015 que dimensiona la frecuencia de acceso a páginas web con contenido científico, simulación de fenómenos naturales o procesos técnicos en programas computacionales o laboratorios virtuales, visitas a sitios web de organizaciones medioambientales, y seguimiento a noticias científicas y ecológicas a través de blogs o sistemas de microblogging.3
En México, 32.9% de los estudiantes visitan de manera regular los sitios web con contenido científico; 17.5% simula fenómenos naturales y 17.9% procesos técnicos en programas computacionales o laboratorios virtuales; 22.5% visita sitios web de organizaciones medioambientales; y, finalmente, 24.3% da seguimiento a noticias científicas y medioambientales a través de blogs y sistemas de microblogging.
Todas estas ponderaciones e indicadores superan el promedio obtenido por los países de la OCDE. Esto significa que, aunque los estudiantes mexicanos tienden a acceder y utilizar con mayor frecuencia las TIC para el aprendizaje científico, su desempeño en el desarrollo de habilidades y competencias en ciencias no es necesariamente superior.
Este franco contraste de métricas revela que no sólo existe la tarea pendiente de universalizar la adopción de las TIC para mejorar la calidad de la educación, sino que es necesario el diseño e implementación de estrategias, mecanismos de política pública y currículas educativas que se enfoquen en el aprovechamiento efectivo de estas tecnologías para el desarrollo de competencias científicas y consecuente formación de capital humano.
Las TIC son una herramienta que en la actualidad incide directamente en el proceso educativo de los estudiantes a través del acceso al conocimiento y el desarrollo de aptitudes y habilidades. Su aprovechamiento detonará, en el largo plazo, la dinámica de crecimiento y desarrollo económicos.