TIJUANA BC 9 DE MAYO DE 2012 (AFN).- René Castillo Gómez, propietario de "El Grafógrafo", un café librería ubicado en la zona Centro, denunció públicamente que fue víctima, junto con un cliente del negocio, de arresto arbitrario y abuso de autoridad por parte de policías municipales.
Los hechos ocurrieron el pasado 4 de mayo, según su testimonio, cuando en medio de los preparativos para un evento cultural al interior del negocio, el cual estaba lleno de clientes, una agente municipal se introdujo al café, ubicado entre calle Tercera y Cuarta, en el pasaje Rodríguez, para hablar con él.
Allí, la policía de apellido "Genes" le informó que arrestarían a un hombre que estaba afuera del negocio junto con otros clientes bebiendo café, a lo que al instante, Castillo Gómez explicó que a quien arrestarían era "Juan", un cliente y amigo que en reciente fecha fue deportado de Estados Unidos.
Al cuestionarle el por qué de las acciones, Genes de inicio respondió que el motivo fue "porque molestaba a la gente", y cuando el dueño del local le preguntara a que clientes molestaba, la oficial cambió su versión y dijo que el arresto se debió a que “olía mal”.
Sin embargo, cuando Castillo propuso que hablaría con el hombre para explicar la situación y pedirle que ingresara al local, ésta evitó que cruzara palabra alguna y nuevamente cambió el motivo: Esta vez dijo que había una denuncia en contra del migrante y que tendría que pagar una multa.
Luego de que Juan fuera trasladado por el pasillo donde está ubicado el negocio, Castillo Gómez siguió a la agente que junto con otro elemento trasladaban al detenido hacia una unidad patrulla; y mientras caminaban le solicitó información sobre el lugar a donde sería trasladado.
Lo detienen por "agresor"
Luego de una serie de amenazas por parte de la agente que le decía estaba “obstruyendo un operativo policiaco” y sin dar respuestas se llevó al cliente, cuando el comerciante le pidió su nombre y cargo, ella no se identificó.
Esto último originó la molestia de la nujer policía, por lo que Castillo fue esposado, subido a la patrulla y posteriormente trasladado a la sección patrullas, ubicada en la zona Norte de la ciudad para que ahí rindiera su declaración ante el Juez Municipal.
En el lugar, los oficiales informaron al joven que había sido arrestado por agredir a la agente municipal que minutos antes se negó a identificarse, y éste se quejó de que ella lo había lastimado a realizarle una maniobra policiaca para someterlo luego de pedirle su nombre.
"Regañado" por el Juez
Afirmó que el juez, al verlo frente a él, le expuso que como autoridad municipal “no tiene el control de los cuerpos policiacos” así que no podía hacer nada al respecto por la detención sin motivos, y luego de revisar el caso determinó que no procedía el arresto e informó que en momentos lo dejaría en libertad.
Pero, según el denunciante, el Juez, quien no fue identificado, le explicó que “su negocio” debía dirigirse al turismo de Tijuana y no a ayudar a gente como el detenido, que da "mal aspecto" a la ciudad.
Tras informar que quedaría en libertad, Castillo fue trasladado a otra parte lejos de los policías y el juez, y minutos después lo llamaron y le dijeron que estaría 24 horas detenido; después lo volvieron a sacar y al llamarlo la resolución fue que estaría detenido ocho horas y pagaría una multa; y al estar en una celda un policía le notificó que saldría en minutos.
Antes de salir, a la celda entró Juan, a quien le realizaron un examen médico el cual no fue aplicado a Castillo; y en el certificado médico se documentó que pese a tener una pierna lastimada su salud se encontraba en buen estado.
Cuando el comerciante salió, pidió información de los cargos por los que fue arrestado su cliente, y le explicaron que una cámara lo detectó tomando bebidas embriagantes antes de llegar al café; Castillo rechazó la versión y señaló que aquel “se encontraba en excelente estado y el certificado médico no dijo nada al respecto”.
¿Quién es Juan?
Juan es un hombre de entre 30 y 35 años de edad que desde hace dos meses acude casi diariamente a "El Grafógrafo", esto después de ser deportado hace menos de un año, tiempo en que ha sobrevivido trabajando con algunos comerciantes de la zona Centro.
El migrante estudió primaria y secundaria en Estados Unidos, por lo que habla un perfecto inglés, y en aquel país se dedicaba a la carrocería, negocio que le daba para bien vivir: sin embargo, con la intensificación de las leyes en contra de la migración ilegal, fue detenido y deportado.
Al llegar a Tijuana, el hombre perdió sus documentos de identificación y no tenía recursos ni la manera de hablar con algún familiar, por lo que comenzó a realizar trabajos en distintos negocios y luego de algunos días encontró el café al que acudiría diariamente a leer.
Pese a que pudo encontrar trabajo en un negocio de carrocería, su jefe le pidió no volver hasta que se recuperara, ya que fue atropellado, situación que le originó una severa lesión en la pierna que le impidió realizar bien su trabajo.
Juan, antes de ser arrestado por la Policía Municipal, diario acudía al café para leer, y allí, el migrante aprovechó las habilidades que adquirió en Estados Unidos, pues realizaba lecturas en ingles para los clientes o incluso para algunos niños que visitaban el negocio.