Por: Gilberto LAVENANT
TIJUANA, BC 18 DE ENERO DE 2012 (AFN).- El decomiso de más de una veintena aves, el domingo pasado a su arribo a esta frontera, presumiblemente propiedad del propietario del Hipódromo de Agua Caliente, Ing. Jorge Hank Rhon, confirma que Tijuana es uno de los principales puntos de destino del tráfico ilegal de aves, que representa un millonario negocio internacional.
Un estudio revelado en noviembre del 2009 por la Universidad Autónoma de
Chapingo, del Estado de México, respecto a la caza y tráfico ilegal de la fauna mexicana señala que el tráfico ilegal de aves es una “empresa” en auge, que abarca todas las regiones del mundo, cuyas ganancias oscilan entre los 8 y 10 mil millones de dólares anuales.
Se dice que las operaciones al respecto son prósperas y redituables en naciones que cuentan con gran riqueza de organismos, como México, que se encuentra entre el selecto grupo de los 12 países considerados mega diversos en especies.
Además de señalar las zonas afectadas por el saqueo de aves, hace referencia a los famosos centros de acopio y distribución de especies. “Lo increíble –señala el estudio- es que sólo se den placebos a la sociedad con los pocos operativos de decomiso y que no se frene de tajo esta actividad ilícita”.
En el estudio en mención, se señala como centros de distribución y destino del saqueo de especies en extinción, el mercado de Sonora, en el Distrito Federal, el mercado Libertad., en Guadalajara, el llamado “Charco Grande”, en la carretera Matehuala-Saltillo, en San Luis Potosí, diversos puntos de Tijuana, Baja California, así como centros de manufactura de pieles en León, Guanajuato y Ciudad Juárez, Chihuahua.
Se hace hincapié en que México exporta clandestinamente 2 mil 300 especies, principalmente a Estados Unidos. Se observa que tan sólo entre 1978-1980 se exportaron 71 mil 854 aves, de las cuales el 90 % eran pericos, obteniendo ganancias por decenas de millones de dólares, convirtiéndose así en la principal agencia importadora del tráfico de especies en Latinoamérica.
En otra parte del estudio se advierte que de cada ave que llega a su destino final de venta, deben morir, por regla general, de 4 a 100. Se dice que unas mueren al ser arrancadas del nido, otras por el mal manejo y otras más en el transporte, enfermedades o inanición, y en su destino final las sobrevivientes luchan por aclimatarse a las nuevas condiciones de cautiverio, aunque sólo pocas lo logran.
De manera específica se indica que “…Las aves con las que más se trafica en México, son 30 especies como jilgueros, cardenales, centzontles, clarines y calandrias, destacando los pericos, loros, guacamayas y tucanes. Entre las 18 aves decomisadas el fin de semana en el aeropuerto de Tijuana, presuntamente propiedad de Hank Rhon, se encuentran 4 tucanes y un águila.
El estudio subraya el interés que genera la adquisición de las aves. Unas, debido a la belleza de su plumaje y otras porque además de representar un ornato, su aparato reproductor puede imitar sonidos humanos y algunos otros por su enorme y raro pico.
También observa que aproximadamente 250 mil Psittacidos se importan a los Estados Unidos, produciendo ganancias por 40 millones de dólares al año. En particular, indica que cada Guacamaya Escarlata, en el extranjero, se cotiza entre los 2 mil y 3 mil dólares, lo que ocasiona que sus poblaciones disminuyan drásticamente, principalmente al ser arrancados de su hábitat natural.
Al referirse a los involucrados en el tráfico de especies, el estudio señala que existen denuncias en contra de mexicanos que comercian ilícitamente con especies en peligro de extinción desde los años 80´s y apunta que : “…En ese entonces, nombres como el hipódromo Agua Caliente, de Tijuana, Emmet Farías, Adrián Sada Treviño, Clínica Veterinaria Palazuelos, entre otros, figuraban entre el selecto grupo”.
Al hacer mención de los problemas que se enfrentan para evitar la caza y el tráfico de especies, hace alusión a trabajo de investigación de Angélica Enciso, dado a conocer mediante artículo titulado : “Biodiversidad : mafias impunes”, publicado en el 2001, en el que enumera algunos puntos que hacen evidente la falta de capacidad para contener el saqueo de la fauna nativa en México.
Se señala que sólo existen 20 inspectores de vida silvestre para 16 zonas críticas de captura ilegal, 23 puntos fronterizos, 25 en aeropuertos, 17 en puertos y 27 áreas marinas protegidas, “…lo que es insuficiente si se considera el número y la extensión que la frontera mexicana y las provincias bióticas tienen”. También refiere que las sanciones máximas que contempla la ley son de 10 años de cárcel y 20 mil días de salario mínimo, pero las califica de inoperantes, ya que las ganancias que genera esta ilícita actividad son sumamente superiores.
En otra parte observa que el tráfico de animales silvestres, es un negocio mundial que genera 20 mil millones de dólares anuales e indica que el tráfico de animales prospera ante la tolerancia social y sigue la lógica implacable del mercado. Las especies más escasas obtienen los mejores precios y por lo tanto, son las más cazadas, acentuándose el riesgo de su extinción.
Cita por ejemplo que la arara-azul-de-lear, una de las aves brasileñas más amenazadas, cuesta hasta 60 mil dólares en Europa, América del Norte y Asia.
Explica que el tráfico es depredador y contribuye a la escasez, ya que sólo uno de cada diez animales arrebatados a su medio natural llega vivo al comprador y además, pocas personas consideran un delito adquirir hermosos pájaros y monos sacados de su hábitat en países lejanos, y que mantenerlos cautivos en un zoológico particular es un deseo de muchos, por lo que en consecuencia el contrabando goza de cierta impunidad.
Relaciona al tráfico de especies en extinción, con el narcotráfico, pues dice que los principales proveedores son países en desarrollo y la demanda se concentra en los industrializados. En el caso concreto de los tucanes, dice que puede rendir hasta 7 mil dólares en Estados Unidos.
Así mismo, establece que los narcotraficantes ponen de moda el tráfico de especies, pues acostumbran instalar sus zoológicos privados. Refiere que según la Procuraduría General de la República, el tráfico de especies es un negocio que crece en México, que 6 años atrás ocupaba el tercer lugar en la lista de los delitos ambientales y que hoy está a la par de la tala de árboles y las ganancias que genera son sólo superadas por el tráfico de drogas y armas.
Insiste en que uno de los fenómenos que ha hecho que crezca el tráfico de especies, es la moda impuesta entre narcotraficantes mexicanos para adquirir de manera ilícita especies exóticas en peligro de extinción y tenerlas como adorno en sus residencias.
Dice que María Elena Sánchez, presidenta de la organización ambientalista Teyeliz, considera que los capos de la droga suelen tener a ese tipo de especies exóticas como símbolos de poder, fuerza y valentía, y asevera que la práctica cada vez es más común, como el establecer criaderos de leones, que venden como mascotas.
También dice que el destino de otras especies es peor, pues además de que entre el 40% y 60% de la fauna muere en el trayecto, debido a su clandestinidad, los animales son transportados en pésimas condiciones. Refiere que los animales a veces son transportados por paquetería, sedados, con fracturas, en estado de deshidratación y desnutrición severa y en el caso de las aves les sujetan el pico y las alas con cinta canela.
El asunto del tráfico ilegal de aves exóticas hacia esta frontera, se resaltó a raíz de que cuatro individuos, al parecer escoltas del empresario Jorge Hank, fueron detenidos el domingo pasado, con casi un par de docenas de aves, presuntamente propiedad del dueño del hipódromo, punto señalado como destino de aves exóticas, en estudio publicado el 10 de noviembre del 2009 por la Universidad Autónoma de Chapingo.