*.- Sobornó a autoridades mexicanas para que lo “deslindaran” del caso del Cardenal
DORA ELENA CORTÉS
SAN DIEGO CA., 16 de enero de 2012 (AFN).- Benjamín Arellano Félix pagó entre 10 y 15 millones de dólares a funcionarios de “muy alto nivel” en la Procuraduría General de la República (PGR) de México para que las investigaciones se “desviaran” y no apuntaran hacia ellos, en el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido en Guadalajara Jalisco, en mayo de 1993.
Ésta es una de tantas pruebas que existen en contra del “capo de capos”, que está a punto de recibir una “benigna” sentencia en San Diego, producto de un “pacto” entre el gobierno de Estados Unidos y la defensa del criminal, que ha indignado a los investigadores estadounidenses que por más de 20 años le estuvieron siguiendo los pasos.
En días recientes se hizo el anuncio de que Benjamín Arellano se estaría declarando culpable para recibir una sentencia de “hasta” 25 años de prisión, lo cual rápidamente se confirmó cuando el mayor del “clan” de narcotraficantes, se presentó ante el Juez Larry E. Burns, para tal efecto y ahí en repetidas ocasiones repitió: “¡Sí soy culpable!”
Los investigadores, quienes perdieron familias y matrimonios y que arriesgaron sus vidas para perseguir y destruir esta organización criminal que llegó a convertirse en el más fuerte “cártel” del narcotráfico en México, todavía no logran aceptar ese acuerdo al que llegó la Fiscalía con la defensa del mexicano.
A ellos, como a muchos sorprendió el que se hubiese aceptado negociar con Arellano, quien apenas el 21 de octubre pasado estaba pidiendo al Juez ser cambiado de Corte e inclusive de ciudad, ya que afirmaba que era “la figura más vilipendiada” en California y que eso no le garantizaba un juicio justo.
Se quejaba de trato inhumano e inclusive de una actitud prejuiciosa hacia su persona, tanto del Juzgador como de la prensa norteamericana que habría de influir en su sentencia, lo cual hacía pensar que tanto Benjamín como su defensa sentían que tenían “perdido el caso” y por esto, el anuncio del “pacto” resultó más sorpresivo.
Se puede decir que Burns –el Juez de su causa- fue más insistente ante el narcotraficante, para que respondiera sí estaba consciente y entendía de lo que implicaba para él un acuerdo, que lo que fue la Fiscalía a cargo de Laura Duffy, que sin regateo aceptó un trato que más parece favorecer al criminal.
Esto, porque el próximo 2 de abril y gracias a este convenio, Benjamín Arellano Félix podría recibir (no los 140 años y otras condenas por las que trabajaron sus persecutores) sino “hasta 25 años” de prisión, que podrían reducirse en un momento de la condena “por buena conducta”.
Investigadores estadounidenses que hablaron con Agencia Fronteriza de Noticias de Tijuana, manifestaron que pese a todo el trabajo que realizaron, pese a los esfuerzos hechos, pese al riesgo que corrieron sus vidas y las de sus familias y pese a todas las pruebas que reunieron en más de dos décadas “ni siquiera se nos tomó en cuenta cuando se decidió negociar con el narcotraficante”.
“No se nos preguntó si estábamos de acuerdo con que se hiciera un acuerdo con él. Sólo nos enteramos cuando ya era un hecho”, comentan al tiempo de asegurar que ellos hubiesen preferido una condena severa para enviar el mensaje que corresponde en este tipo de casos.
Señalan directamente a la fiscal federal en California, Laura Duffy quien no obstante que conoce perfectamente el tema y “que sabía de la peligrosidad e importancia que tenía Benjamín, como un narcotraficante que hizo mucho daño a Estados Unidos y México, prefirió negociar que presentar la batalla”.
Rechazan que la fiscal pudiese haber sido objeto de amenazas o que por miedo hubiera preferido dar por terminado este caso, más bien se inclinan a pensar que prefirió poner un “punto final” a este tema, que le estaba provocando mucha tensión y que ya se estaba alargando bastante, con un gran número de testigos.
Pidiendo el anonimato por obvias razones, los investigadores estimaron que Duffy actuó políticamente, prefiriendo la comodidad del cargo, ya que el 24 de febrero de 2010 fue nominada por Barack Obama para servir como Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de California, cosa que hizo meses después al ser ratificada por el Senado de su país.
Ella cuando llegó a ese cargo, prefirió olvidarse del caso de Arellano Félix, que le estaba provocando muchos problemas, no obstante que antes de ser la Fiscal, trabajó para el mismo, muy de cerca con los investigadores y lo hizo con mucha pasión, dijeron los denunciantes.
Narran que hubo momentos de tanta intensidad que ya como fiscal fue cambiando gradualmente a quienes estaban participando en el grupo de investigación por otros novatos, que le resultaban más cómodos pero que no conocían de fondo el caso. Con ellos, reconocieron: “Duffy muy seguramente sintió que no podía sostener la causa contra Benjamín y por eso, sin ni siquiera regatear, aceptó la propuesta de negociar y las condiciones en que finalmente quedó el asunto”.
A estos investigadores que perdieron “hasta matrimonios y familias” en una búsqueda que se prolongó por más de 20 años, les molesta que el “Jefe” del Cártel, que fue el más poderoso en las últimas décadas, que fue responsable de crímenes, ejecuciones, corrupción, secuestros y narcotráfico, esté recibiendo un tratamiento más benigno que otros de su misma organización.
- Hay quienes dicen que se tomó este acuerdo porque no se tenían pruebas contundentes y porque no podían sostener el caso, refiere AFN.
No, responden los quejosos. Se tiene “toda una habitación” con pruebas, fotografías, grabaciones y datos que se fueron reuniendo con el paso de los años. Se tienen además testimonios de personas que se han convertido en “testigos protegidos”. También de sicarios y colaboradores de Benjamín –incluido su propio hermano Francisco Javier “El Tigrillo”-, quienes decidieron colaborar con el gobierno para ver reducidas sus sentencias.
Por esto, explicaron “ahora todos quieren colaborar” y lo que ellos atestiguaron, pensó la fiscalía que no podría ser sólido “porque son testimonios de delincuentes”, pero ¿qué clase de personas son las que están en ese ambiente y con los criminales y que conocen de sus pasos? Preguntan los mismos denunciantes.
Además, dijeron, así se han sostenido otros casos, en los que las sentencias han sido todavía mayores que la que se espera que apliquen a Benjamín Arellano Félix, el que paradójicamente fue el “jefe” de aquellos y el que ordenó todas las atrocidades, además de que manejó el criminal negocio del narcotráfico.
Recuerdan el caso del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo ocurrido en mayo de 1993 en Guadalajara Jalisco México. Indican que efectivamente la muerte del religioso se dio por una confusión, cuando los matones se equivocaron con el vehículo en el que viajaba el Ministro de la Iglesia católica, sin embargo los pistoleros que cometieron el crimen fueron contratados por Arellano Félix en Los Mochis, Sinaloa y en el Barrio Logan de San Diego.
Fueron ellos los que drogados lo asesinaron, refieren los investigadores quienes revelan que –según datos obtenidos- se pudo saber que Arellano pagó entre 10 y 15 millones de dólares “a muy alto nivel” para que no se les involucrara en ese crimen ni se les persiguiera por eso.
Se les pregunta si ese “pago” llegó al entonces Procurador General de la República y negaron el hecho. Sólo insistieron en que fue “a muy alto nivel”, en la persona de un comandante del que tienen su nombre.
De igual forma hay otros muchos testimonios y pruebas que fundamentan la responsabilidad de Benjamín Arellano quien, insisten, no obstante ser el “jefe”, recibiría menores condenas que Francisco Javier, Jesús Labra Avilés y otros.
Revelan además que hay quienes fungieron como “testigos protegidos” que proporcionaron información que fue valiosa y que ahora están “reclamando” porque se sienten en riesgo, al igual que sus familias, porque ven que “de nada sirvió lo que arriesgaron para demostrar la culpabilidad de Benjamín”.
Otra cosa que preocupa a los investigadores es que la imagen del gobierno de Estados Unidos queda en entredicho con este acuerdo. Aceptan que se le pierde el respeto, porque si antes los delincuentes temían ser descubiertos por los investigadores de este país y extraditados, ahora –como han dicho algunos en México- preferirán venir para acá para negociar.
"Sí, señor"
Benjamín Arellano Félix, cruzó la puerta de la Corte presidida por el Juez Larry Burns, en San Diego California, a las 9:30 del pasado 4 de este mes de enero, enfundado en el clásico uniforme de color naranja que portan los presos.
Tenía las manos esposadas y la mirada fija en el suelo, cuando dio unos pasos y se detuvo frente al Juez. "¿Está usted seguro, señor Arellano, de entender completamente lo que significaría si usted se declara culpable? Le cuestionó Burns y Arellano, resignado respondió “Sí señor”. El Juez entonces procedió a leer el documento de 17 páginas que fue redactado entre la defensa y los fiscales”.
El acuerdo consistía en que debía responsabilizarse por los delitos de crimen organizado y conspiración de lavado de dinero”. Al terminar la lectura, el Juez le volvió a preguntar: "¿Está usted seguro? ¿Comprende lo que está haciendo y a los derechos que está renunciando?" y Arellano volvió a asentir.
En una última oportunidad Burns le dijo a Benjamín: “Señor Arellano, tengo este convenio en mis manos aunque no estoy obligado a seguirlo y usted al firmarlo pierde su derecho de apelación en caso de que no esté de acuerdo por no recibir la sentencia que está esperando”.
Acto seguido se declaró culpable, con lo que renunció a su derecho de: “apelar y presentarse ante un Gran Jurado” ante el que se tendrían que comprobar los cargos mencionados y otros como delincuencia organizada y delitos contra la salud.
De esta forma Benjamín quedó sujeto al convenio con el que espera evadir los 140 años en prisión, para pagar tan sólo 20 años por crimen organizado y cinco por conspiración de lavado de dinero que espera que le imponga el Juez. De igual forma, apoyar en investigaciones sobre narcotráfico donde otros “actores” estén siendo investigados y/o procesados, igual que identificar todas las propiedades que tiene en Estados Unidos, incluidas las que están a nombre de terceras personas.
Además se obliga a entregar una cantidad de 100 millones de dólares y una multa por cada delito que se le atribuye y que le será fijada en breve. Por esto, hay quienes advierten que como parte de esa sentencia, Benjamín de 58 años de edad, gozaría de tres años de libertad condicional, al final de la misma, antes de ser entregado a México donde deberá terminar las condenas pendientes.
El jefe del cártel Arellano Félix, que teóricamente tendría que concluir su sentencia en Estados Unidos a los 83 años de edad, podría salir mucho antes de cumplirlos, si muestra “buena conducta”.
Del resto de los delitos. Se olvidan. De los crímenes cometidos en México, se olvidan. De las ejecuciones que afirman que “se dieron también en territorio estadounidense, se olvidan. De que se burló del gobierno de Estados Unidos, se olvidan. Es más, ya hasta se disolvió el grupo que precisamente tenía como denominación los apellidos del narcotraficante para operar ahora como persecutor de narcotraficantes en general, afirman a AFN.
Esto, no obstante que la organización de Arellano continúa porque él “heredó” a su sobrino Fernando Sánchez Arellano, bajo cuya “jefatura” se han cometido también infinidad de crímenes, secuestros, “levantones” y toda una serie de delitos que pudieron ser posibles gracias a la “organización” que formó Benjamín. Los terribles ajustes de cuentas y atroces ejecuciones que de 2007 a 2009 se dieron en Tijuana, fueron por la “pelea” de la “plaza” en la que se asentó Benjamín Arellano.
Laura Duffy, insisten: “sabe quién es Benjamín Arellano; ella utilizó este caso para subir y ahora que es Fiscal, se olvidó”. Gracias a esto “El número 1 del crimen organizado por más de 20 años; el jefe del cártel que hizo mucho daño a muchas familias en los dos países no recibirá el castigo que se merece”.
Y los agentes investigadores, aquellos que pasaron buena parte de su vida trabajando para aprehenderlo y terminar con su organización se sienten: “humillados, frustrados y traicionados”.
Sin embargo, según especialistas consultados, hay todavía una esperanza en una frase del Juez:
“Señor Arellano, tengo este convenio en mis manos aunque no estoy obligado a seguirlo y usted al firmarlo pierde su derecho de apelación en caso de que no esté de acuerdo por no recibir la sentencia que está esperando”.
Esto, según explicaron, significa que el juez le hizo notar claro al jefe del cártel “que aunque él (Benjamín) acepte el pacto, Burns como juzgador no está obligado a seguirlo y puede dar la sorpresa de aplicarle una condena muy larga, que como bien le sentenció a Arellano, ya no podrá apelar porque perdió su derecho al acogerse a dicho acuerdo”.
Sentencias a miembros de la organización Arellano Félix
En el año 2002
Everardo Arturo Páez Martínez, conocido como “El Kitty Páez”, fue sentenciado a 30 años de prisión por tráfico de cocaína hacia Estados Unidos y “lavado de dinero”.
En 2007
Francisco Rafael Arellano Félixfue sentenciado a seis años de prisión después de haber aceptado su culpabilidad por venta de cocaína a un agente encubierto de los Estados Unidos. El hermano mayor de los Arellano, que aparentemente sólo se encargaba de cuestiones financieras de la organización, recibió libertad condicional en 2008 y fue deportado a México.
Francisco Javier Arellano “El Tigrillo”,detenido supuestamente en “aguas internacionales” frente a La Paz, en Baja California Sur., fue sentenciado a prisión “de por vida” y obligado a pagar 50 millones de dólares, después de aceptar culpabilidad en delitos de crimen organizado y lavado de dinero.
Ismael Higuera Guerrero, alias “El Mayel”,uno de los sicarios más temibles de la organización, bajo el mando directo de Benjamín, fue sentenciado a 40 años de prisión tras declararse culpable de los delitos de extorsión y otros, como parte de la organización criminal. Él era uno de los encargados de la “plaza” de Tijuana, en tanto que su hermano Gilberto “El Gil”, lo era de la capital del estado, Mexicali.
Gilberto Higuera Guerrero “El Gil”,fue sentenciado a 30 años de prisión y al pago de Un millón de dólares en multas por los crímenes cometidos como un alto lugarteniente de la organización criminal.
En 2008
Arturo Villarreal Heredia (a) “El Nalgón”,fue sentenciado a 30 años de prisión y a pagar 5 millones de dólares por cargos de crimen organizado y conspiración. Él fue detenido junto con “El Tigrillo”. Era su principal lugarteniente y como tal, fue responsable de numerosos secuestros y otros delitos ordenados por la organización criminal.
En 2010
Jesús “Chuy” Labra Avilés, respetado como “padrino” por los Arellano Félix, incluido Benjamín, fue sentenciado a 40 años de prisión y ordenado a pagar 1 millón de dólares después de aceptar responsabilidad por cargos de conspiración para distribuir mariguana y cocaína. Él fue señalado por las autoridades de ambos países como el “cerebro financiero” de la organización y después de lograr evadir por varios años a las autoridades, fue capturado en el año 2000, por elementos del Ejército Mexicano en una sorprendente acción que se ejecutó con rapidez, en las instalaciones de la Preparatoria Federal “Lázaro Cárdenas”, a donde el mencionado había acudido para presenciar un juego de fútbol americano en el que participaba uno de sus sobrinos. En 2008 fue extraditado a Estados Unidos.
Jorge Aureliano Félix (a) “El Macumba”,segundo en la organización criminal a fines de los años 90, recibió 30 años de prisión por crimen organizado y conspiración para obtener ganancias de inversiones ilegales.
Armando Martínez Duarte (El Loco Duarte)fue sentenciado a 18 años y cuatro meses de prisión, además de que se le ordenó pagar 1 millón de dólares por conspiración criminal y otras actividades.
Efraín Pérez Pazuengo (El Efra)fue sentenciado a 25 años de prisión y al pago de 1 millón de dólares por aceptar haber traficado con varias toneladas de droga de México hacia Estados Unidos.