TIJUANA BC 24 DE OCTUBRE DE 2011 (AFN).-Este lunes, Abel Galván Gallardo, Subprocurador Contra la Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), confirmó que el responsable del crimen de dos hermanos menores de edad, es un medio hermano de éstos, quien los mató y luego los reportó "desaparecidos" desde el jueves 20 de octubre. Sus cuerpos fueron encontrados el domingo previo a su detención, en diferentes lugares de la delegación El Centenario, en Tijuana.
Galván Gallardo encabezó una rueda de prensa la tarde de este lunes, en la subprocuraduría de Zona en Tijuana, donde dio a conocer los pormenores del doble asesinato e hizo la presentación del presunto homicida de los hermanos.
El subprocurador identificó al ejecutor como Julián Alejandro Manzano Paniagua, de 20 años, medio hermano de los menores asesinados y reveló que según las propias declaraciones del detenido, los mató por los celos que les tenía, ya que en su confesión afirmó que “su madre prefería y daba más privilegio a sus medios hermanos”.
Los trágicos hechos ocurrieron el pasado jueves 20 de octubre, cuando Manzano Paniagua entró al cuarto de su hermano Kevin Ignacio Gutiérrez Paniagua, de 14 años, para golpearlo con un martillo en la cabeza; lo hizo en múltiples ocasiones hasta que le quitó la vida; minutos después escondió el cuerpo debajo de su cama.
Después de esto, hizo saber que al día siguiente (viernes), fue por su hermana Geisel Gutiérrez Paniagua, de apenas 13 años, a la escuela donde estudiaba su secundaria para llevarla con engaños hasta un terreno baldío ubicado en la rampa ascendente del bulevar "Gato Bronco". Ahí, según confesó, con una piedra la golpeó hasta asesinarla y abandonó su cuerpo, tapándolo con ramas secas que encontró en el terreno.
Cometido el doble homicidio, el joven fue un día después de matar a su hermanita, a la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común, a denunciar la desaparición de los menores y luego su madre hizo la denuncia formal el domingo 24 de octubre, fecha en la que agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) iniciaron la investigación.
Al interrogar los agentes a Julián, éste les pareció sospechoso porque incurrió en contradicciones, ya que primero dijo que sus hermanos sólo estaban desaparecidos y luego indicó que fueron secuestrados y que el supuesto plagiario les exigió dinero por el rescate de sus hermanos. Aseguró a los agentes que el "secuestrador" llevó de manera "clandestina", el cuerpo de Kevin y lo puso debajo de su cama.
Finalmente y ante la insistencia de los agentes ministeriales, decidió confesar que él cometió los crímenes de Kevin y de Gisel, debido a los celos que les tenía por los motivos ya mencionados.
Reveló que desde dos semana antes, empezó a fraguar los asesinatos ya que lo invadían pensamientos en el sentido de que debía matar a sus medios hermanos porque “me comenzó a molestar todo lo que ellos hacian... más que de costumbre; me decía que debía lastimarlos y luego pensaba que cómo, que eso estaba mal”.
Según refirieron las autoridades, la madre del ahora detenido y de los dos menores fallecidos tuvo que ser hospitalizada para recibir atención médica, debido al impacto de los hechos, lo cual le provocaron fuerte crisis nerviosa.