TIJUANA BC 2 DE NOVIEMBRE DE 2025 (AFN).- En una colonia popular de Tijuana vive la señora Adolfina Cano, una mujer que poco a poco se ha convertido en una pequeña leyenda entre familiares y vecinos por su peculiar forma de "espantar malandros". 

De más de 70 años de edad, la señora Adolfina atiende todos los días su tienda de abarrotes, donde la conocen con cariño como “Doña Dolfi”. En enero de 2021, su vida cambió para siempre: fue víctima de un asalto y estuvo privada de la libertad durante dos horas dentro de su propio local.

Según relatan sus conocidos, después de aquel episodio dejó de ser la misma. De una mujer alegre, confiada y muy querida por su comunidad, pasó a ser alguien nerviosa y desconfiada, llegando incluso a cerrar su negocio por semanas.

Sin embargo, en enero de 2025 algo cambió. Su hijo Cristóbal cuenta que, de un día para otro, "volvió a ser la misma de antes": valiente, risueña y entregada a su tiendita, sin faltar un solo día a atenderla.

Meses después, en junio, uno de sus hijos descubrió el motivo detrás de esa repentina transformación. Ante la ola de delincuencia que enfrenta Tijuana, marcada por asaltos, cobros de piso y amenazas del crimen organizado, Doña Dolfi decidió tomar medidas por su cuenta: consiguió un machete y lo colocó detrás del mostrador, lista para "ahuyentar" a quien intentara hacerle daño.

La propia señora comentó que se siente más confiada con el machete cerca, aunque aclaró que solo lo usaría en una situación extrema, como un asalto en el que su vida estuviera en peligro. 

Su hijo confesó que a la familia le preocupa que, a su edad, ella tenga que recurrir a ese tipo de medios para sentirse protegida, pues "no debería ser así". Incluso, en una ocasión intentaron esconderle el machete, pero Doña Dolfi lo pidió de vuelta con amabilidad, asegurando que se siente más segura teniéndolo a la mano.

Como ella, cientos de ciudadanos en la ciudad buscan protegerse de distintas maneras: algunos instalan cámaras de vigilancia, otros refuerzan puertas y rejas, y muchos más optan por organizarse entre vecinos para cuidarse mutuamente.

Historias como la de Doña Dolfi reflejan no solo el miedo cotidiano, sino también la resistencia y el ingenio con que los tijuanenses enfrentan la inseguridad.

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