TIJUANA BC 23 DE SEPTIEMBRE DE 2018 (AFN).- Octavio Castro Méndez, jefe de consulta de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), informó acerca del padecimiento de la parasitosis intestinal, la cual dijo, es una infección contagiosa que padecen niños y adultos a consecuencia de la ingesta de alimentos o agua contaminados.
Explicó que es el problema de salud más persistente en el mundo; causa anemia, bajo peso, malnutrición y crecimiento retrasado, además de afectar el desempeño de los niños; la mejor defensa contra esta enfermedad es el aseo de manos. Desatender el problema puede ser fatal.
Los parásitos más comunes, dijo, son áscaris (lombrices) y la taenia solium (solitaria), ambas se alojan en el intestino. En zonas tropicales rurales se desarrolla la uncinariasis (parásito que penetra por pies y manos).
Castro Méndez agregó que, en su ciclo de vida, la solitaria produce huevos, llamados cisticercos, que se hospedan y afectan cerebro, ojos y músculos, lo que da lugar a la enfermedad conocida como cisticercosis; los síntomas del paciente con solitaria son dolor de estómago, pérdida de peso, flatulencias y cefalea (dolor de cabeza).
Hizo notar que la parasitosis intestinal invade otros órganos a través de la circulación, tales como corazón, hígado y pulmón; sin embargo, en ocasiones es asintomática. El padecimiento, añadió, se manifiesta con palidez, diarrea y debe ser tratado a la brevedad, pues en caso de complicaciones requerirá de manejo quirúrgico.
Para evitar la enfermedad recomendó lavarse las manos principalmente después de ir al baño y antes de consumir alimentos; no comer carne ni verduras crudas o frutas sin lavar; hervir el agua para beber al menos un minuto en especial cuando la ingieren lactantes y niños, así como evitar caminar descalzo o con calzado abierto en suelos de tierra o arena húmedos para evitar la uncinariasis.
El jefe de consulta de la UMF 7 recordó que el Instituto Mexicano del Seguro Social realiza campañas para desparasitar a la población al menos dos veces al año con el apoyo de PrevenIMSS y de las UMF, cuyo personal otorga tratamiento oportuno y adecuado al derechohabiente y población abierta durante las campañas de vacunación.