MEXICALI BC 18 DE OCTUBRE DE 2015 (AFN).-Es importante hacer énfasis en los cuidados que debe tener la mujer al momento de planear ser madre, pues un embarazo bajo supervisión médica puede prevenir nacimientos de bebés prematuros y por consiguiente las complicaciones propias de un embarazo que no llega a término, indicó la doctora Laura Elena Monge Siordia, directora de pediatría del Hospital de Ginecopediatría y Obstetricia (HGP) número 31, del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Explicó que un embarazo regular tiene una duración de aproximadamente 40 semanas, de tal manera que un bebé que nace antes de la semana 37 es considerado prematuro; el bebé prematuro dijo presenta cabeza grande y cuerpo pequeño, su piel es muy fina y posee poca masa muscular, por lo que los problemas se centran en la dificultad para adaptarse al medio ambiente fuera del útero.
Por ello, debido a esta inmadurez y bajo peso, llegan a tener dificultades en la regulación de la temperatura corporal, por tanto sus sistemas respiratorio, nervioso, digestivo, renal e inmunológico quedan expuestos a enfermedades, apuntó.
Aquellos neonatos que les faltó tiempo de gestación para llegar al término, son más propensos a nacer con discapacidades duraderas o incluso morir. Por suerte, destacó, los avances en obstetricia y neonatología en el Instituto aumentaron las probabilidades de supervivencia incluso para los bebés más pequeños.
En este sentido, -indicó la especialista- los más afectados son aquellos nacidos entre las 26 y 29 semanas; de este porcentaje 20 desarrollan discapacidades serias y permanentes; mientras la mayoría de los bebés que nacen entre las 35 y 37 semanas de gestación, requieren poco cuidado especial y tienen casi las mismas probabilidades de sobrevivir que los nacidos a término.
Monge Siordia, aclaró que el proceso de crecimiento de un bebé prematuro es lento al principio la mayoría de los bebés no están neurológicamente maduros en comparación con uno nacido a término. Por lo que durante el alta es fundamental tener cuidados en el hogar; como un ambiente adecuado y durante los primeros días evitar el contacto con personas o niños con tos, infecciones respiratorias, diarrea o fiebre; además, no utilizar aerosoles ni estar en presencia del humo de cigarro.
Para concluir recomendó llevar los controles médicos y vacunas adecuadas, así como monitorear el desarrollo del bebé, para prevenir cualquier enfermedad o infección que pudiera surgir.