Tijuana BC 10 de octubre de 2014 (AFN).- Omitir de manera cotidiana una de las comidas diarias y sustituirla por licuados y jugos puede poner en riesgo la salud, ya que con este hábito se suprimen nutrimentos esenciales para la alimentación, en la que desempeñan un papel importante las grasas y proteínas, señaló la doctora María Eugenia Herrera Hernández, coordinadora delegacional de Nutrición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Baja California.
La especialista del IMSS precisó que el abuso de los licuados puede generar trastornos metabólicos, lo que provoca desde desnutrición hasta obesidad, diabetes mellitus e hipertrigliceridemia o exceso de concentración sérica de triglicéridos.
Mencionó que si bien los licuados y jugos proporcionan una buena cantidad de nutrientes, principalmente carbohidratos, vitaminas y minerales, no debe abusarse de su consumo, sobre todo en las llamadas “dietas milagro”, para reducir peso.
Recomendó no basar la alimentación en su ingesta, sobre todo en el desayuno, porque también se corre el riesgo de padecer desnutrición proteica. Éstos, pueden ser incluidos en la dieta diaria, aunque lo aconsejable es que sea tan solo un vaso de 240 mililitros.
Además, debe considerarse el uso de edulcorantes en estos preparados, sea azúcar o miel, cuyo consumo deben evitar quienes padezcan diabetes mellitus o hipertrigliceridemia (aumento de los triglicéridos, factor de riesgo cardiovascular).
De hecho -precisó la doctora Herrera- ni jugos ni licuados deberían endulzarse, ya que las frutas contienen el azúcar llamada fructuosa, que tiene hasta 50 por ciento de capacidad endulzante que el azúcar melaza (de caña) por lo que resulta innecesario, mientras que el uso de un dulcificante debe ser siempre con moderación.
Lo ideal sería –prosiguió- incluir el jugo o licuado como parte de la dieta. Si se trata del desayuno, por ejemplo, beber el preparado, pero consumir también cereal, otra fruta sin licuar o verduras y por supuesto, evitar los productos industrializados con elevado contenido de grasas y azúcares simples.
Herrera Hernández reconoció que por diversas razones, el consumo de frutas y verduras en la dieta diaria del mexicano es muy bajo, por lo que destacó que los licuados permiten una mayor ingesta de vitaminas y algunos minerales. No obstante, aconsejó que en lugar de ponerlos en licuadora o exprimidor, se consuma la fruta como tal para aprovechar el contenido de fibra, debido a que esto ayuda a un buen proceso digestivo.
La nutricionista del Instituto Mexicano del Seguro Social sugirió que las personas que llevan a cabo las denominadas jugoterapias (muchas de ellas utilizadas para intentar bajar de peso), lo hagan bajo supervisión médica, porque podrían verse afectados por niveles altos de glucosa.
Para finalizar, sugirió a quienes gustan de consumir licuados y jugos, que lo que ayuda a mantener una mejor condición física -además del ejercicio- es la alimentación sana en su conjunto.