Ensenada BC 17 de septiembre de 2014 (AFN).- El autismo es considerado un trastorno físico anormal del cerebro que afecta en los niños la sociabilización, comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad desde edad muy temprana y un déficit diagnosticable desde la niñez, señaló Claudia Rocío Pérez Pérez, psicóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Ensenada.
Este padecimiento presenta como una de las principales características problemas en el habla o para mirar de frente a las personas, también se evidencia mediante conductas repetitivas o inusuales; o sea, los niños pasan mucho tiempo ordenando cosas antes de que puedan prestar atención y quienes la padecen son menores que parece que están en su “propio mundo”.
La doctora Pérez explicó que no se conocen exactamente las causas del autismo, pero algunos factores pueden ser la dieta, cambios en tubo digestivo, intoxicación por mercurio, incapacidad del cuerpo para utilizar las vitaminas, los minerales y la sensibilidad a las vacunas.
Subrayó que la mayoría de los padres de niños autistas empiezan a sospechar que algo no está bien cuando el niño tiene 18 meses y buscan ayuda hasta los dos años de edad; estos pequeños se caracterizan por presentar una “regresión” súbita y pierden las habilidades básicas.
Son extremadamente sensibles a la vista, oído, tacto, olfato y el gusto; experimentan angustia inusual cuando les cambian las rutinas, efectúan movimientos corporales repetitivos, pueden tener gran tolerancia al dolor, algunos no se percatan del hambre o de otras necesidades biológicas.
Señaló que se expresan con ataques de cólera intensos, se ocupan con un solo tema o tarea, tienen períodos de atención breve, muestran poco interés, son hiperactivos o demasiado pasivos, muestran agresión a otras personas o a sí mismos y utilizan movimientos corporales repetitivos como dar vueltas constantemente, aletear con las manos y comportamiento auto dañino como golpearse la cabeza contra una pared.
Destacó la especialista que la atención temprana apropiada e intensiva mejora el resultado final en la mayoría de los casos, además los programas individualizados como análisis del comportamiento, medicamento, terapia ocupacional y de lenguaje, así como fisioterapia, frecuentemente son útiles.
El autismo –dijo- es una condición de reto para el niño y sus familias; actualmente el pronóstico es mucho mejor que en años anteriores, la mayoría de quienes lo padecen son capaces de vivir con sus familias y la comunidad, pero de ello depende la severidad del padecimiento y el nivel de terapia que la persona recibe.
Por último, afirmó la especialista del IMSS que algunos niños parecen responder satisfactoriamente a una dieta libre de gluten (alimentos que contienen trigo, centeno y cebada) o caseína (se encuentra en la leche, queso y productos lácteos); aunque los padres deben asegurarse que el niño esté recibiendo las calorías y nutrientes suficientes, así como una dieta balanceada.