El malestar de priistas en torno a militantes sacrificados, en aras de entregar las principales posiciones a los partidos que van en alianza con el tricolor, sigue creciendo y está haciendo ruido al interior de ese instituto político, y poniendo a prueba la capacidad de sus dirigentes para conciliar intereses al interior luego de hacerlo al exterior con los demás partidos.
José Enrique García Sánchez